Claraluz... Una niña, casi recién nacida, soñaba con un mundo feliz desde sus primeras horas de vida y este detalle de su naturaleza positiva fue percibida por sus padres, Felipe y Cali, y su hermanito Amado, justo en el primer momento que rozaron su tersa y blanca piel; por eso y queriendo agasajar este detalle de su naturaleza femenina, entre otros juguetes, le regalaron un juego de muñecas rusas.
Claraluz las fue abriendo, una tras otra, a medida que crecía y cuando llegó a la más pequeñita se dio cuenta que ya era mayor...
Reflexión:
¡Cómo es la vida! Un inesperado día cualquiera de nuestra existencia nos despertamos y nos damos cuenta que nuestros hijos son ya hombres y mujeres que se valen por si solos.
De todo corazón para Felipe, Cali, Amado y Clara…
Alejandro Dieppa León.
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