Querido
hijo…
Cuando el barco de la memoria lo capitanean hombres de recto
proceder ésta no es ahogada por el ciclón del tiempo.
Meditémoslos, respaldémoslos y sobre todo sigamos su
humilde ejemplo.
Micro relato:
Los gritos, entre arañazos sangrantes, empujones buscando
la única salida y la asfixiante desesperación en la oscuridad en sus ataules de
metal, se anudaban los unos a los otros, se golpeaban los unos a los otros, enhebrando
negros presagios marineros, mientras poco a poco se los tragaba la mar.
–Capitán el barco se ha quedado sin gobierno –había silbado
el viento, pero nadie lo escucho…
Nadie…
Ni en la mar, ni en la tierra, ni en el cielo…
He querido empezar esta columna, primero, con esta frase,
pensamiento que también ilustrará el libro de frases y cuentos que he estado y
aún estoy escribiendo desde hace años, para ennoblecer y homenajear a todos y
cada uno de los que, en su justa medida, honran la memoria de nuestros
antepasados desvistiéndose, sí, desvistiéndose, de la chaqueta
de la rancia vanidad y vistiendo la transparente vestimenta de la justicia
histórica, que no de la justicia terrenal, no; pues ésta, que debería coronar
el áureo laurel de lo ético, está sujeta a los movimientos de la marea de los corruptos
intereses personales de un mercantilismo que el tiempo no consigue humanizar,
sino todo lo contrario lo sigue reafirmando; pues aún se huele y se padece su
pestilente fragancia a la que ellos la llaman:
“Lo correcto a la ley de la letra pequeña”.
Créanme que siempre han existido y existen seres humanos
así, me refiero a los honestos y a los deshonestos, y por si alguno de ustedes
duda de mi afirmación en lo referente a los primeros sumérjanse en las entrañas
de Salsipuedes o caminen por distintas áreas de nuestra sociedad escuchando los
latidos del corazón que no de las agradables tonalidades de la voz que engatusan
y en duermen los sentidos; porque quien suele defender estos lares del tiempo
con más ahínco que los que ahuecan el tono para agradar no visten de Gucci,
Armani, Christian Dior o Prada. Quien los defiende con más fervor suelen, en
nuestra agitada tierra, comprar en el Hiperdino, Mercadona o Spark mientras caminan
por las calles esquivando los codazos de la vida.
Y he continuado, exprimiendo a mi imaginación, con un
micro relato que comprimiese lo que sería los últimas horas de todos y cada uno
de los que tuvieron la desgracia de perecer en el hundimiento-tragedia del
Valbanera y créanme que para mi ha sido un autentico ejercicio de vaciado
emocional; pues cada vez que trataba de expresarlo se me venían a la mente las
posibles imágenes de cómo podría haber muerto mi hermana en la tragedia aérea
del aeropuerto de Barajas –JK5022-, que no, no y no, fue
tragedia de tráfico como así la tipificaron los deshumanizados mercantilistas y
juristas para que el bolsillo de aquellos que dicen asegurar nuestro futuro
cuando algo inscrito en la póliza de vida se cumple se salen del tiesto con la
tan mentada frase o actitud de procedimiento que dice en laxas palabras:
“Donde dije: Digo quise decir Diego”.
Perdónenme este lapsus, pero como ustedes comprenderán la
sangre tira mucho, ya haya desaparecido ésta de cualquier forma trágica y el ansia de
JUSTICIA, que no de venganza, tira todavía más.
¿No están de acuerdo conmigo?
Y fue este pasado 14 de septiembre de 2018, en la sala de
conferencias del museo Elder, que tuve la gratificante experiencia de escuchar
las palabras de dos de estos hombres de recto proceder. Por orden de
participación:
“… El lunes se celebró un evento, con un teatro lleno en Arucas, para
conmemorar uno de los episodios, simbólicos, de la emigración canaria que no es
otro que el centenario...
En el próximo año, el día 10 de septiembre del 2019, se conmemorará y desarrollará,
durante estos 12 meses, una serie de actos para sensibilizar e investigar nuestra
historia y hacernos partícipes de lo que ha significado para las canarias y
canarios, para toda una sociedad, en estos últimos cien años, los episodios de
la emigración.
El episodio del Valbanera deja una huella imborrable que en actos como
el de hoy, que son necesarios que no caigan en el olvido, porque al fin y al
cabo permanecen presentes en lo que incluso hoy en día la conectividad, la emigración,
los sistemas de movimiento de personas buscando, fundamentalmente, sus
necesidades básicas… Buscando, no una vida mejor sino simplemente una vida.
Toman rumbo, a veces sin rumbo, para ver si esa vida es encontrada o no.
Hoy… para definirnos realmente:
¿Cuál fue ese episodio?
¿Qué ocurrió realmente con el naufragio del Valbanera?
¿Qué misterios encerró?
¿Qué preguntas todavía tenemos abiertas y sin respuesta?
A ese naufragio donde perecieron, en un número; pero que sin lugar a
dudas, seguro, que Don Julio nos dirá…
Y todavía sin saber el número exacto, entre las más de 500 personas que
perecieron en esa ruta o en esa incursión de no poder haber entra en La Habana
después de haber embarcado en Gran Canaria, Tenerife, en la Palma, la gran
mayoría, canarios y canarias, que siguen sepultados en arena, bajo el mar, en el
Cabo de Florida, y que cien años después, noventa y nueve años y cuatro días
que se cumplen hoy, después, de ese episodio; pues todavía se guardan hoy
muchos misterios, pero no una historia que, simplemente, significa como la
gente cogía su ropa, su vestido, sus calderos, su banqueta, su blog, su bolso,
establecieron un viaje de semanas, metidos en bodega, porque su categoría no
les permitía otra cosa y no vieron más la luz.
Ese episodio, Don Julio se ha ocupado, con diferentes colectivos, con
diferentes personas, que ese olvido no se produzca desde hace muchos, muchos
años, ha sido investigador; pero sobretodo divulgador de una historia…
La Asociación Coleccionistas Marítimos, que doy la bienvenida a su presidente,
Don Juan Rodríguez Castillo y a sus componentes...
La Asociación Cultural Salsipuedes, le doy también la bienvenida a sus
componentes de Arucas, pertenezco a ellos también…
Don Juan Miguel Sánchez promotor, también, de todas estas iniciativas en
su perfil @centenariovalbanera, también divulga todo este contexto y desde hace muchos años, uno de
los últimos que recibió al último pasajero vivo del Valbanera, noventa y pico
de años; pues viajó siendo niño, pero tuvo la suerte de ser homenajeado en
vida…
En todo este contexto, Don Julio, es un hombre que conoce todo lo que
ocurre en un barco, lo que ocurre en la mar, no en vano él ha sido toda su vida
profesional oficial de la Marina Mercante.
Don Julio González Padrón es teldense. Es un hombre que tenemos
vinculado a nuestra isla. Él se incorporó a la Naviera Pinillos y fue delegado provincial de esa naviera y,
actualmente, es delegado provincial de La Real Liga Naval española en Las
Palmas de Gran Canaria. Él… trae un libro en su bolso; pero ha tenido muchos
libros publicados, vale, todos vinculados al tema de la mar, al tema del puerto,
todas sus obras con un denominador común, ¡no!, que es el negocio marítimo: los
hombres, las mujeres, las costumbres, el mar en sí mismo…
Por eso tenerlo hoy aquí para abrir esta serie de actos y para abrir este
ciclo de conferencias, porque la idea que es que este ciclo de conferencias
corra por toda la isla de Gran Canaria, por todas las siete islas y ¡porque no!
por todo el territorio del circuito, que él nos explicará muy bien, que hizo la
última travesía del Valbanera.
Ya en esa divulgación:
Los numerosos artículos periodísticos en revistas especializadas, en
programas de radio, han tenido siempre al Valbanera como un símbolo en su
sentir…
Porque es un hombre que ha interiorizado también esta historia y que
sabe perfectamente a través de su experiencia marítima lo que significa también
navegar y lo que significa también naufragar y eso lo hizo también fundador del
grupo Caballeros del Puerto de la Luz
y estamos hablando de una persona que en 2012 fue galardonado con el premio en la
modalidad A Una Vida Profesional en el entorno marítimo portuario por La Fundación del Puerto La Luz. Y como
él dice, y ya los dejo con él, me despido con su lema favorito:
“A la mar me voy. Mis obras te
dirán quien soy.”
…”
“… Yo que había tirado la toalla, tengo
que decirlo, que me encontraba desanimado después de tantos años y de tanto luchar
me llevé una sorpresa, el pasado lunes, se cumple el cien aniversario del hundimiento,
la tragedia, y me invitan a Arucas. Me dicen:
“Vente a Arucas que vamos a hacer representación”.
Y me quedo asombrado, me quedo maravillado, no por la cantidad de gente
que sí que se llenó aquello que es importante; sino lo otro, lo que me llamó la
atención, los conocimientos que tenían la gente de Arucas del tema. Yo que
creía que esto era un cuento que no lo sabía nadie, porque…
Sí, yo llevo desde el año 2000 dando conferencias, todos los diez de
septiembre, luchando porque no se pierda esta memoria; pero bueno la gente oía la
conferencia y después se olvida y pero cuando el otro día en Arucas…
Me emocionó, me emocionó porque desde aquel viejito que me saludó hasta
el niño joven todo el mundo sabía y sentía el tema del Valbanera y llegue
encantado a casa…”
Y comenzó a entonar la primera anécdota que tenía que ver
con un tercer oficial mentado, que resultó ser él mismo, y lo sucedido con la
visualización de un brazalete negro en el hombro de un marino el cual le llevó
a pensar que estaban de luto, ya fuera por la muerte de un familiar o por la
muerte de la reina, a ésta última llego tras visualizar una bandera a media
asta, pero la realidad le superó al comprobar que guardaban luto por lo
sucedido con el Titanic y que tras irse al camarote y estar dentro de él sintió
vergüenza:
“… Sí, vergüenza ajena…”
Subrayó sin titubear y visiblemente afligido por aquel aún
duradero recuerdo, acentuando varios matices más, continuó quejándose:
“… Y nosotros, los españoles que hemos
sido los dueños del mundo, que la mar es la que nos dio la grandeza, ¿no
tenemos nada que celebrar?…”
Y seguido arañó en el cajón de sus recuerdos como tomó
contacto con la tragedia del Valbanera que le había contado un tío venido de
cuba en forma de cuento o cuento interrumpido y entonces pensó, en la soledad
de su camarote, el buscar información veraz sobre la verdadera historia del
Valbanera y con lo primero que se topó fue con una historia novelada sobre el
barco y después otro, otro y otro libro y entonces empezó, en el transcurso del
tiempo, a verlo de forma técnica, en detrimento de la versión novelada, además de
comprobar que en esa historia real había muchas lagunas.
“… Recuerdo uno de los libros que lo
escribió una francesa que se llamaba: “Todos somos hijos del Valbanera”, era el
título, que ese me impresionó porque… Ahora que lo veo me hecho a reír. Yo no
sé de dónde sacó esa mujer… Como novela está fabulosa, pero como libro de
historia no sirve. Entonces me llamó la tensión que nadie había escrito
historia, todo el mundo había escrito de oídas que si uno tal, otro, e incluso
uno le llamó el barco de las putas, sí, el barco de las putas. A ver de dónde
sacó él eso. Todas esas cosas le intrigó a ese quijote que todos tenemos dentro…” dijo y a
partir de este punto comenzó a rememorar sus diferentes estudios dentro de los
cuales acuñó que el barco no se hundió:
“… El día nueve, sino el diez…”
Y desde ese entonces comenzó a homenajear, todos los diez
de septiembre, a los desaparecidos. Llamándole la tensión el gran
desconocimiento que había sobre el tema a todos los niveles. Llevándole este
hecho a acuñar la siguiente frase:
“… El Valbanera es el Titanic español o el
Titanic de los pobres…”
Y tras darle las gracias a Salsipuedes, nuevamente, por
defender con estas jornadas y trabajo la memoria histórica del
hundimiento-tragedia pasó a hacer la comparativa entre la tragedia del JK-5022
y la del Valbanera, poniendo en relevancia que si en el barco no hubo ninguna
asociación o acción para dignificar la memoria de los fallecidos en la del
avión sí; pero matizando que en los dos casos las compañías aseguradoras
pusieron un ácido acento cuando hubo que hacer caja al pagar las
indemnizaciones y pobre de aquel mal intencionado que esgrima el argumento de
que los familiares de los fallecidos en Barajas solamente tenemos la intención
de cobrar y no hacer justicia. Que no se atrevan a mentármelo porque si escucho
tamaña atrocidad ejerceré a título individual, si lo puedo probar, acciones
judiciales. Ya que tamaña mentira no la aguanta mi naturaleza pacífica.
“… Aplaudo a las autoridades Cabildisias
porque con esta gente les hicieron un monumento y todos los años les tiran unas
flores… Ya sé, ya sé, Dieppa que esto no consuela, sé que tu hermana no te la
va a devolver nadie; pero sabes… el consuelo de que alguien se está preocupando
de ello…” dijo
y seguido a lo expresado recordó que está aprobado por el Ayuntamiento, de forma unánime, un monumento.
Ya llegado en este punto empezó a profundizar en datos
técnicos, siguiendo intercalando las explicaciones de los giros de maniobras
navales hasta el mismo final de la conferencia. Momento en el cual el Director
del Museo Elder volvió a tomar la palabra y cerrar el acto comentando que
cuando según escuchó de Julio que el barco con toda probabilidad quedó sin
gobierno le vino a la mente la tercera representación de la obra el Valbanera
en Arucas; pues en ésta, un despiste de un actor en uno de los puntos técnicos
dejó a oscura y sin gobierno el barco construido sobre el escenario. Situación
análoga al hundimiento del barco.
Felicitar al Museo Elder por acoger esta conferencia, a
Salsipuedes por promover la batería de actos para el centenario y a Julio
González Padrón por su conferencia, además de felicitar a todos aquellos que
participan, que han escrito o que se interesarán por defender la memoria de los
que la desidia institucional casi la borra de su esencia.
Por una sociedad
mejor,
por un mundo más
justo.
Frase y micro cuento de
mi serie: Meditando en un templo Shaolín.
y fotos aportadas por el escritor teldense Jesús Ruiz Mesa.
y fotos aportadas por el escritor teldense Jesús Ruiz Mesa.
Fotomontaje de foto principal de mi álbum personal.
No hay comentarios:
Publicar un comentario