domingo, 29 de abril de 2018

COLUMNA: SALSIPUEDES BUSCA EL GEN CANARIO EN EL HOTEL MELVA SUITE DE FIRGAS, GRAN CANARIA.


Todos los seres humanos, racionales, que descendemos del homo sapiens-sapiens, subespecie del sapiens, grupo animal dentro del cual algunos son más animales que otros por sus comportamientos brutales e incívicos y la mayoría más “Sapiens” que Sapiens-Sapiens, por su forma de pensar en cuestiones de orden moral, nos hemos preguntado alguna vez:

¿De dónde coño venimos?

Y para muchos de los nuestros, yo me aventuraría a decir que para la gran mayoría, la respuesta a esta cuestión existencial se daría de forma rápida con un:

Pues, de nuestra madre y de nuestro padre.
De dónde sino va ha ser… Carajo.

Figuras, la paterna y la materna, que en algunas ocasiones no coinciden con las figuras genéticas necesarias para la concepción de algún hijo o hija. Sí, no coinciden, no se asusten por lo escrito sin anestesia, y no coinciden llanamente porque los que concibieron a tal desgraciada progenie la abandonaron por causas que no tenemos el derecho a juzgar; pues no las conocemos en toda su extensión, ni este es el momento más adecuado para hacerlo. Pero como estoy seguro de que a algunos de los que leen esta columna les seguirá rondando la idea de juzgar tal conducta les aliento, antes de emitir un precipitado juicio de valor, a que mediten estas tan acertadas palabras pronunciadas, y recogidas en la biblia, por Yeshua de Nazareth, ante la inminente lapidación de una mujer en plaza pública:

“Aquel de ustedes que esté libre de pecado, que tire la primera piedra”
(Juan 8: 7).

Desgraciada progenie, me repito, que según sea su suerte, depende si éstos nacen en el “primer mundo” o en el “tercer mundo”, son adoptados por seres humanos cuyo amor cubre más que con creses el que les pudieran haber dado sus auténticos padres genéticos. Amor, que a estos ángeles terrenales, los eleva a la autentica categoría de: PADRES.

Pero sigamos analizando otras formas de responder, a la pregunta planteada, por el resto de los nuestros y ésta se respondería, a groso modo, con un detallado árbol genealógico que vendría, con mucha suerte y desembolso monetario, a recoger de manera pormenorizada quienes fueron: Nuestros dos padres, nuestros cuatro abuelos, nuestros ocho bisabuelos y algún que otro, en este último caso arañando a la pericia del que documenta, tatarabuelo desperdigado por entre los vericuetos de los libros, legajos y pergaminos consultados. Todo ello, como ya apuntábamos, sin garantizarnos, al ciento por ciento, que realmente son aquellos quienes fueron el motor precursor y causa de que nosotros estemos caminando por este mundo. Pero seguro que exprimiendo el nosotros un poco más llegaremos a toparnos con el “Ilustrado” de turno que mentará con contundencia y sin ningún conocimiento científico actualizado la siguiente afirmación:

 “Pues pura y sencillamente yo provengo del mono…
Sí, hombre, del chimpancé.”

Afirmación que en este siglo XXI que comenzamos, hace ya dieciocho años, ha quedado más que obsoleta; pues no sería correcto afirmar, a fecha actual, que descendemos de los chimpancés aunque éstos sean tan parecidos a nosotros en muchas de sus expresiones. Lo que si hubiera sido correcto certificar, con contundencia, es que en algún punto de nuestra evolución fuimos más simios que humanos y que tenemos más antepasados comunes, en las ramas más antiguas de nuestra genealogía, con los chimpancés, gorilas, orangutanes, gibones, monos del nuevo y viejo mundo y hasta con los lémures, que con el resto de especies animales. Además de aseverar, a fecha actual, dato que se corrobora, científicamente, con los recientes estudios de ADN en la serie documental  “Los primeros hombres”, que humanos modernos, procedentes de África, mixturaron su descendencia en alguna oleada migratoria con los Neandertales, que también lo hicieron con otros Homos Erectus desperdigados que aún andaban por el continente asiático y hasta con una nueva subespecie homínida, recién descubierta, a la cual han bautizado con el nombre de: Homínido de Denísova.

¿Pero sigue contestando, esta última argumentada respuesta, a la tan mentada pregunta existencial formulada al principio de esta columna? Pues yo diría que para la mayoría de nosotros: Sí… Pero créanme que para el “ilustrado” que hizo la afirmación sobre los chimpancés aún le quedan buenas dosis de lectura científica para ponerse al día en una aplastante realidad.

¿Y para el autor de la obra “Coincidencias” José Gilberto Moreno?

¿Creen ustedes que será suficiente con tales argumentos científicos?

Pues no tengo la más mínima duda que también son más que suficientes.

Ya, ya… No se me arremolinen todos juntos dentro de mi masa neuronal que hasta aquí me llegan sus pensamientos, dudas y argumentos que me gritan que: “¿cómo puedo saber algo que el propio autor nunca me ha desvelado?”; pues lo sé porque después de degustar, con mucho gozo emocional, extensivo dicho gozo al resto del total del aforo que se personó ante dicha obra de teatro: El nutrido diálogo que Don Gregorio tiene con Anastasio, un poeta y músico que busca inspiración para su futura obra dentro de un caserío que con el tiempo se llega a llamar Hotel San Borondón, y la obra en sí misma me hacen llegar a la conclusión de que el autor de dicha propuesta tiene muy claro que la ciencia y la conciencia humanista son las encargadas de poner orden y respuesta a la pregunta:

¿De dónde venimos?

Pregunta a la que José Gilberto Moreno, fiel a su esencia humanista, le da una vuelta de tuerca, la traslada a canarias, y, sin ningún tipo de vergüenza, nos plantea la búsqueda del GEN canario. Y…

¿Por qué buscar en el desarrollo de la obra teatral “Coincidencias” el GEN canario y no en los laboratorios diseñados para ello?

Yo afirmo que para decirle indirectamente, ataviado de elegancia argumental, de humor, a cualquier rancio nacionalista de cualquier parte de nuestro territorio nacional, que predica la pureza de raza, que el ser humano es universal: Una mezcla de genes.

Cachetada, sin mano, dada a estos destructores de todo aquello que sirve para unir al sapiens-sapiens, que tornada en actividad cultural tan bien supieron interpretar, la joven y no tan joven, generación de integrantes de la Asociación Cultural Salsipuedes de Arucas a través de una nutrida variedad de personajes que daban sabor, sustancia, ritmo y sentido a la trama.

Personajes como:


La mujer de Don Gregorio –José Gilberto–, la Doctora Marrero –María González–. Sus hijas Eliodora –María Rodríguez–, enamorada de un cartero –Álvaro–, Casimira –María Santana–, enamorada de un afilador –Edgar–, y Yazmina –Nazaret–, que se terminará enamorando de Cirilo Santana –Raúl–. Un antropólogo invitado por su madre al hotel San Borondón para participar en la búsqueda del tan idealizado GEN canario en compañía de dos científicos: Un herpetólogo chino, el Doctor Pongo –Enrique González: “kike”–, y un forense, el Doctor Rosado –Eusebio Enríquez–. Sin olvidarnos claro está del poeta y músico Anastasio –Juan Antonio Pérez–; de las dos pícaras extranjeras –Cristina Lorenzo “Cris” y Vanesa Falanca– y de su grupo de compañeras, a las cuales desde aquí les ruego me disculpen no mencionarlas, pero me ha sido difícil confirmar sus nombres; de los dos botones –Rubén y Alberto–; y el novio del Doctor Rosado –Cristo Batista– que no paró de peladear hasta que terminó su intervención: Más allá de Firgas, concretamente en algún lugar entre Telde y Mogán, permítanme el chiste. Y por supuesto sin tampoco olvidarnos de –Manolo–, recepcionista, –Juan Déniz–, director del hotel, –Bonifacio–, quien nos recibió dándonos un libro, y –Domingo–, el heladero.
Personajes, plantel de actores y figurantes que estuvieron bien dirigidos e interpretados; pues supieron arrancar de la mente del público asistente risas, emociones varias y hasta cualquier tipo de problema cotidiano con el que la vida les sacude su cabeza durante el tiempo que la obra abrió su corazón para ellos dentro de la recepción del Hotel Melva Suite de Firgas, Gran Canaria. Un Hotel que para los que lean esta columna sugiero descubran sus buenas y múltiples cualidades reservando una habitación el tiempo que consideren oportuno.


No quisiera terminar esta columna sin exhalar, una vez más, que los distintos Ayuntamientos y ciudades de nuestra Isla, Gran Canaria, tomen como ejemplo a seguir la trayectoria de Salsipuedes incorporando su idiosincrasia singular al de su cosecha.


A Salsipuedes en general, gracias por las grandes dosis de humanismo que me llevo en cada acto o actividad que realizáis, para éste que suscribe es un lujo poder decir que todavía hay espacio en este mundo para lustrar: Tanto el trabajo físico, como el intelectual



















Alejandro Dieppa León.
Por una sociedad mejor, por un mundo más justo.

Fotos de mi álbum personal.

domingo, 22 de abril de 2018

COLUMNA: MUSICAL. MÍRAME DE FRENTE.


En este siglo que nos ha tocado vivir hemos perdido, a mi humilde entender, muchas luchas sociales conquistadas desde pasadas épocas y períodos; pero al mismo tiempo que nuestros derechos sociales caen guillotinados por las nuevas políticas neo-liberalistas que insisten en que el Estado les entregue, sin condiciones, lo que bien gestionado conseguiría erradicar, de un certero tajo, la miseria de nuestras ciudades, pueblos y casas en general; existe un grupo de personas, de diferentes escalas sociales y educativas, que no solamente se preocupan de la lucha de la supervivencia del común de los humanos en general, sino que este sentimiento de hermandad lo llevan un poco más allá y pretenden, en justa lid, que los animales también se beneficien de políticas que consigan un trato más digno y hasta derechos, sí, derechos; para aquellos que nos han acompañado en nuestra andadura como especie depredadora, desde hace milenios, desarrollándose según las leyes tróficas o redes alimentarias establecidas en cada ecosistema, que es la base de la arquitectura de la tan necesaria pirámide alimentaria –edificación con la cual la naturaleza se expresa y evoluciona–, me refiero, como bien han intuido, a los: Animales.

Reino singular que en el amplio transcurso de los años hemos acotado en tres estrictas categorías:

La primera es la categoría que recoge a los animales de compañía que son aquellos que hemos podido domesticar para que nos complementen tanto sentimental, como laboralmente, y este es el caso de los perros, gatos y aves –pajarillos, palomas, etc–, etc, y no lo son –manada de cabezones–, (me refiero a los que se emperran en continuar con esta nefasta praxis), seguro estaréis de acuerdo conmigo los que hiláis el sentido común: ni las serpientes, arañas, ratas, etc. Mundo del mascoteo, tanto el primero como el segundo, que cuando no cumple su función, dan problemas, enferman o simplemente nos aburren abandonamos en una carretera  –todos nos hemos topado con perros y gatos abandonados–, en un barranco –yo alguna vez dentro de mi variada actividad laboral he tenido que extremar precauciones en temas forestales a causa del abandono de serpientes– o en cualquier otra parte de nuestro territorio y no crean que el ser humano que hace esta mal sana acción no conoce que está incumpliendo las leyes y hasta traicionando el sentimiento de compasión.

Dentro de la segunda categoría se concentran los animales domesticados, pero domesticados sencillamente para el consumo como lo son: Vacas, ovejas, cabras, cerdos, etc, localizados dentro de grandes áreas rurales en su gran mayoría en el “primer mundo” y en otras más mixturadas con los humanos en el “Tercer mundo”.

Y la última categoría la componen los animales salvajes, que muchos de ellos aún forman parte de los ya viejos circos y zoológicos y también de los nuevos parques de animales donde: tigres, leones, monos, caballos, etc, pasan sus días mostrando las proezas que en el caso de un circo son capaces de hacer a golpe de látigo y que en el caso de los zoológicos y parques de animales no muestran al público, aunque éste golpee los cristales o demanden, con gestos de primate, algunas de su habilidades o comportamientos; porque dicho prisionero, por pura naturaleza, no quiere o le apetece expresar sino nada más que lo que le viene en gana. Todo esto por garbar en vídeo unos cientos de imágenes en movimiento que amenicen las horas muertas de nuestra creatividad o ansias de aventura.

 “Llegado a este punto, permítanme el inciso, recuerdo la visita a un afamado parque donde un espalda plateada, gran gorila macho por si alguien no está versado en el mundo documental, nos dio la espalda a los allí expectantes en respuesta a las múltiples peticiones de que hiciera la “monada de turno””.

Reino animal que se expresa mejor en su habitad que en cualquier otra parte donde nuestro interés los ubique.  


Y ahora ustedes se preguntarán en qué comulga lo anteriormente escrito con el musical “Mírame de frente”, de El Porteño Producciones S.L., que este pasado sábado, 21 de abril, y bajo el guión y dirección de Alejandra Aldao comenzó su andadura en el Auditorio de Valsequillo, que además tiene previsto pasearlo por todos los teatros de Gran Canaria; pues, sí que tiene muchísimo que ver con el mentado musical ya que éste está diseñado para la concienciación de lo anteriormente escrito, pero utilizando distintas herramientas: La palabra, la música, la danza y el audiovisual que bien enhebradas en definidos mosaicos consiguieron emocionar al público asistente.



No quisiera terminar esta columna sin dar mi enhorabuena a todo el plantel de actores que participaron en el musical, a su directora, por el buen rato que nos hicieron pasar, y en especial a la escritora, cuenta-cuentos y cantante C. Yaiza Sánchez Cañal, que también forma parte del plantel –cuya madre está pasando un periodo vivencial complicado–, por su fortaleza, por su profesionalidad y por su talante a la hora de estar sobre el escenario: Yaiza, no dudes que haces lo correcto y que tu madre está muy orgullosa de ti.



Alejandro Dieppa León.
Por una sociedad mejor, por un mundo más justo.

Fotos de mi álbum personal.

Nota añadida el 23 de abril del 2018, día del libro: Feliz cumpleaños Yaiza.

jueves, 19 de abril de 2018

COLUMNA: PROSTITUCIÓN. SI NO HAY DEMANDA, NO HAY OFERTA.


No sé si usted alguna vez se ha leído el significado de la palabra: Puta. No. Sí. Bueno entiendo que la persona que no lo ha hecho es porque cree entender o saber sin ninguna duda cual es su correcto significado, que si no me equivoco y disculpen si lo hago, dentro del común del vulgo –acepción verbal vomitada a la cara o por detrás de alguna fémina- vendría a significar, a groso modo, que puta: “es toda aquella mujer, casada o soltera, que se acuesta con más de un hombre o mujer.”. O sea que dentro de este sello o acepción popular de vida acuñada desde tiempos pretéritos, puta viene a ser:

Toda mujer joven que, por amor hacia otro joven o hombre, se acuesta con él, antes de la santificación del matrimonio por cualquier religión monoteísta y luego son abandonadas como perros en la calle, sin ningún tipo de escrúpulos, mientras el orgulloso individuo se limpia su sucia conciencia con infinidad de argumentos arcaicos que justifican su acción, claro, además de jactarse entre su manada de que tipo tan grande es al colocarse una medalla con aquella que ahora humilla con su actitud.

Siguiendo con todas aquellas mujeres casadas legalmente que no contentas y aún contentas con el placer sexual que le oferta su esposo, sin pactar con él una relación abierta y aún pactándola, hacen pura y sencillamente lo que les viene en gana y se dedican a buscar en brazos de otros hombres lo tan ansiado: Su placer sexual.

O seguir con todas aquellas mujeres, casadas o solteras, que ejerciendo su actividad laboral con la intención de llevarse un sueldo digno son acosadas sexualmente, velada o explícitamente, por parte de superiores o compañeros de trabajo cabrones con influencias dentro del centro de trabajo; para que cedan a dichas pretensiones. Aspiraciones carroñeras que de no ser aceptadas ponen en peligro su continuidad laboral con un despido procedente, inventado o real, o una simple no renovación de contrato.

Claro, sin olvidar a todas aquellas mujeres que se acuestan con otras mujeres.

Sí, sí, todas estas féminas son tácitamente llamadas putas por el común del vulgo, pero no solamente por el común de nuestra ciudadanía sino también por parte de otros escalafones y estamentos sociales, porque en este juego de calificar conductas “amparados en una doble moral” y ponerles etiquetas no se salva nadie, pero absolutamente nadie.

¿Pero y qué nos dice el ente más sabio de nuestro planeta sobre la palabra puta?

El diccionario.

Uno de éstos escogidos al azar por internet (Gran Diccionario de la Lengua Española 2016 Larousse Editorial, S.L.) nos dice, informa e ilustra con las siguientes acepciones  de PUTA (Del lat. putus, niño, -a.) lo siguiente:

1. S. F. Mujer que se dedica a la prostitución.
2. Coloquial. Sota de la baraja española: Pinta la puta de espadas.
3. De puta madre. Loc. Adj/ loc. Adv. Vulgar. Que es muy bueno o está muy bien: Es un cochede puta madre; esta hierba está de puta madre.
4. De puta pena Loc. Adj/ loc. aAdv. Vulgar. Que es malo o está muy mal: Hicieron una peli deputa pena; este tocata suena de puta pena.
5. Pasarlas putas. Vulgar. Vivir una situación muy mala o tener dificultades para hacer alguna cosa: Las está pasando muy putas desde que está en el paro; las pasó putas para aprobar el examen.
Pero también este diccionario añade a puta:
F. Ramera.

Y prosigue subrayando:

Sustantivo femenino.
Mujer que ejerce la prostitución: Una casa de putas. 
Que está muy bien o es muy bueno: Un automóvil de puta madre. 
Vivir una situación muy difícil: Las pasé putas viviendo solo.

Y concluyendo dicha exposición con esta escala de categóricos sinónimos para la palabra puta:

(malsonante) prostituta, ramera, fulana, furcia 
(desp.), zorra, buscona, golfa.

¿Ilustrativo verdad?

Ahora hagamos el ejercicio de extraer lo que significa real y académicamente la palabra puta en referencia a las féminas, pues esto se podría resumir, permítanme esta licencia, de la siguiente manera:

Mujer que se dedica a la prostitución y cuya actividad la ejerce en una casa.

Pero aún podríamos ir más allá y sacar en conclusión de la frase o sentencia escrita anteriormente que ejercer la prostitución lleva implícito el cobro de dividendos, monetarios o en especies, al centrarnos en las palabras, dedica y actividad; pero sin dejar atrás el intuitivo acierto de que dicho ejercicio puede ser por propia voluntad o por causa de la comúnmente llamada: “trata de blancas” o si lo prefieren trata de seres humanos, última acepción con la que me quedo, porque en definitiva son de seres humanos, mujeres –extensible también a niños, niñas e incluso hombres (putos)– de los que hablamos o podríamos hablar y volver a reescribir que puta es:

Toda mujer que se dedica, por voluntad u obligada, a la prostitución y cuya actividad la ejerce dentro de una casa, vehículo o habitad: Ya sea este último en la calle de un núcleo urbano o en el campo.   

Entonces y llegados a este punto de entendimiento porqué seguimos espetando, tanto mujeres como hombres, a la cara de cualquier fémina que se encuentre dentro de la casuística expuesta al principio de esta columna la palabra PUTA tan gratuitamente con la intención de ofender, calificar y hasta segregar conductas con las que no estamos de acuerdo o sencillamente no son aceptadas por la escala de valores morales que hemos ido mamando, generación tras generación, de nuestros ancestros: No solamente procedentes del patriarcado no se engañen ustedes sino también, aunque parezca mentira, de las propias mujeres que practicando una doble moral tildan a otras mujeres de PUTAS con la intención de ocultar su “falta”, para sentirse superiores o simplemente para lavar su conciencia.

Podría dejar en este punto la columna y concluirla con mí rúbrica habitual, pero siendo fiel a ella “Por un mundo mejor, por una sociedad más justa” arañaré a mi conciencia lo que ésta me pide que exhale y por eso pregunto a los hombres que utilizan los servicios de una prostituta:

¿Se han preguntado que siente una puta cuando la están follando?

Unos “hombres” se expresarán con un contundente: “A mí me importa un puto carajo lo que piensen o sientan esta manada de golfas… Yo pago, ¿no? Y utilizo la mercancía a mi antojo”.

Otros “hombres” se expresarán de la siguiente manera: “Hombre, claro que me dan pena; pero ellas cumplen una función social por la que yo le pago y utilizando sus servicios evitamos que existan sueltos por la calle menos delincuentes sexuales… Coño, menos violadores”. Pero no son éstos últimos tan violadores como el que más porque son consientes que muchas de ellas son obligadas a mantener relaciones sexuales por las mafias de proxenetas dentro del puticlub de turno.

Y unos pocos hombres, con los cuales me identifico, que dicen: “Yo no utilizo, ni nunca he utilizado, ni utilizaré, los servicios de ninguna prostituta porque sé que muchas de ellas están allí por necesidad u obligación, y no me sabe hacer el amor con una mujer que no lo haga en plena libertad, y por eso no dejo de ser menos hombre, ni me tienen que injuriar con palabras que hieran mi heterosexualidad y dignidad”.

Y ya contestada la pregunta planteada, respuesta con la que podrán estar de acuerdo o no y añadir matices que la enriquezcan o corrijan, faltaría más, ahora me cuestiono como combatir la prostitución y la verdad es que no encuentro otra manera de batallarla como lo es la educación preventiva; pero entiendo que ésta tiene que ir acompañada de otras medidas que refuercen y completen a la educativa. Me explico:

Educación dentro de los propios hogares, como bastión a reconstruir, los colegios, piedra angular y de trabajo, y los culturales, como refuerzo, pueden conseguir que se reafirme la idea de que la mujer no es un objeto sexual sino todo complemento del hombre dentro de las prácticas sexuales, que además las relaciones tienen que ser consentidas y no impuestas, ni tomadas de forma ilícita a través de sustancias que inhiben la voluntad de decir. NO.

Educación que conseguiría en el tiempo que la demanda de prostitución sea: cero y si aún educando no conseguimos erradicarla. Pues lo complementamos la aplicación de las leyes que están vigentes más la creación de otras nuevas. Yo me permito sugerir a los legisladores, aunque no sea letrado:

Se planteen la prisión de perpetua, no revisable, para aquellos tratantes de seres humanos, mujeres en el caso que nos tocan, que mediante engaños o por la fuerza obligan a inocentes de todo el mundo y edad a prostituirse no teniendo en cuenta que con esta práctica pueden contraer enfermedades mortales: Como el sida –naveguemos por internet e informémonos de cómo mueren miles de mujeres en África y otros países– que las pueden matar o no solo enfermedades sino también caer en manos de un grupo de degenerados que las golpee o las drogue hasta la muerte.

Medidas que coinciden algunas de ellas con lo expuesto este pasado 18 de abril de 2018, Dª Carmen Lago, presidenta de la Asociación Faraxa por la Abolición de la prostitución, llevada a cabo en una de las salas del teatro Juan Ramón Jiménez, antigua Casa de la Cultura como me gusta llamarla a mí, organizada con la colaboración del movimiento Encuentro y Solidaridad y la asociación teldense Frida Khalo de la cual es presidenta Dª Mapi Jeréz.



Conferencia que mantuvo a los muchos asistentes expectantes hasta el final; pues escuchar, de primerísima mano, lo vivido por Dª Carmen, la cual expresándose con todo lujo de detalles y si mermarle al verbo su contundencia, consiguió agitar las conciencias de los allí reunidos en aquella sala. Espacio que se me antoja pequeño para la magnitud de lo que se trataba. Lugar donde la presencia femenina fue superior a la masculina y donde las personas de edad superaban a los jóvenes, realidad que me golpea el alma porque para mí antojo fueron muy pocos, aunque se llenara el recinto y tuvieran que colocar más sillas de lo previsto, los asistentes a esta magnífica charla.




Enhorabuena a los organizadores de la conferencia y a la concejal de solidaridad por estar presente en dicho acto desde el principio hasta el final.

Alejandro Dieppa León.
Por una sociedad mejor, por un mundo más justo.

Foto de mi álbum personal: Serie manos.

domingo, 15 de abril de 2018

COLUMNA: SALSIPUEDES LLEVA A TENTENIGÜADA UNA MUESTRA DE OFICIOS Y VENDEDORES AMBULANTES.


¿Usted conoce el famoso dicho que subraya: “que cualquier tiempo pasado fue mejor”?, pues yo en mi camino por los vericuetos de la vida no afirmo que esto sea rotundamente cierto, pero al mismo tiempo tampoco lo niego con extrema contundencia porque siendo sincero hay cosas del pasado que tras una reflexión se puede afirmar que sí son mejores y para ilustrar lo expresado meditemos tres sencillos ejemplos:

Para empezar con las muestras les invito a abrir el baúl de sus nítidas memorias y rescatar de ellos infantes recuerdos. En este caso, permítanme la licencia los más jóvenes, me dirijo ya a ustedes, sí, a ustedes en concreto me refiero, a los más talluditos en edad como el que les escribe estas líneas... Recuerdan cuando jugábamos en la calle, no en la de negro asfalto sino en la de polvorienta arena o dura piedra, cerca del zaguán de nuestra casa o en el parque, ya un poco más lejos de ella, con juguetes hechos de manufactura casera, sí, manufactura casera, porque antes los utensilios de juego te los tenías que inventar y fabricar tú mismo, como: La típica pelota o muñeca de trapo, las variopintas espadas de palo, las cuerdas para saltar a la comba, los rápidos carricoches, etc. Herramientas de juego que en connivencia con la fértil fantasía y los fieles amigos podían hacer que un minuto se convirtiera en toda una historia, que una hora se transmutase en una aventura y que una soleada tarde o mañana se convirtiera en un sello que acuñó en nuestras moldeables memorias instantes de sana felicidad que un sofisticado vídeo-juego, con toda su potente tecnología, no podría acuñar porque están pensados para ser jugados en soledad o en compañía de otros jugadores con los cuales, a lo más, solamente podemos intercambiar palabras, no saludos táctiles, ni palmadas en la espalda, ni mucho menos abrazos fraternales…

Seguidamente podríamos hacer un cortito pero ejemplarizante viaje en el tiempo a los años donde las fiestas de barrio: Ya sean éstas celebradas en la calle, en la azotea o en la plaza, que aparte de concebirse para la diversión sana servían además, llevando a cabo un respetuoso trato con el sexo opuesto; para construir relaciones de parejas de novios que en la mayoría de los casos terminaron en matrimonios duraderos. Sencilla manera de ver la vida que se contrapone a la actual intencionalidad de la gran mayoría de las fiestas que recorren nuestra geografía, y quien crea que exagero que visite Internet, donde el fin principal es conseguir la diversión a través del consumo exagerado de bebidas alcohólicas, drogas habituales y nuevas drogas de diseño y la intencionalidad en las esporádica relaciones no pasan de ser más que un mero interés carnal de una noche, una hora o un par de minutos en condiciones de poca o casi nula nitidez mental que acarrean en el mejor de los casos una curable enfermedad venérea y en el peor de ellos una de la cual mejor ni mentar ningún aspecto.

Y por último podemos recrear esta tercera exposición con el acto vivencial que la asociación cultural Salsipuedes de Arucas propuso a la ciudadanía de la isla de Gran Canaria este pasado 15 de junio de 2018 en el Rincón de Tenteniguada, hermoso paraje que se expresa con todo su exuberante esplendor, cerca del pueblo de Valsequillo.

Acto enclavado en el día de las tradiciones donde Salsipuedes expresó, exhibiendo todo un nutrido lujo de detalles –trazo característico de un grupo al cual califico de entrañable por su simpatía, pero al mismo tiempo también califico de rigurosos porque se toman en serio su cometido cultural–, a los miles de visitantes que tuvieron el deseo de palpar, meditar y hasta de afirmar o negar, si algún tiempo pasado fue mejor y para llevar a cabo dicha grata tarea 


meditativa el visitante tuvo que adentrarse por una ancha calle peatonal, claro tras dejar bien aparcado el vehículo porque, aunque la policía local hizo acto de presencia, su amabilidad y buen trato hizo posible que no se colocara ninguna multa, se adentraron en la fiesta propuesta topándose de frente con los oficios que proponía Salsipuedes:











El primero el panadero, al cual le seguía una sonriente costera, como decía mi abuela de moya refiriéndose a la familia de mi abuelo –mi bisabuela “Frascorra”–, o vendedora de pescado y tras los cuales me encontré con una exuberantes vendedoras de frutas y verduras que me agasajaron con abrazos y besos, energía vital que desde estas líneas le agradezco; pues siempre que lo hacen me alegran el alma –debo puntualizar que siempre que he asistido a un acto de Salsipuedes he salido con una inyección de alegría vital; pues no hay ni uno solo que no lleve de serie la sonrisa y el buen trato hacia el que los visita.–, y seguido las vendedoras de leche que defendían el oficio de lechero: porque antes la leche no venía envasada, ni pasteurizada. Lecheras que tampoco escatimaron, con mi esposa y conmigo, los abrazos y besos, y a partir de este punto oficios como el de:



Carbonero,



castañera,



afilador,


turronera,




nevero, un hombre sencillo y diáfano,



maletero, en este caso una cariñosa y entrañable maletera,



pinochero,  


sardinera,




vendedora de novelas, en este caso también una cariñosa y entrañable vendedora,





sereno y pregonero, con el cual siempre que coincidimos llegamos a la conclusión que rezuma alegría y bondad,




lavandera,






vendedoras de ropa,




mielera,




fotógrafas,




colchonero,


limpiador de zapatos,




heladero,



vendedor de cupones,


cura y su monaguillo (que no sé si eran de verdad o no),


par de guardiaciviles antiguos,




policía local muy particular, siempre simpático y afable,



carpintero fabricante de juguetes, entrañable como su esposa,







y llegados a este punto un oficio que desde que lo vi se me puso la carne de gallina pues tenía en una de sus manos una terrible herramienta de trabajo de la cual guardo muy malos recuerdos: El practicante y dentista con su jeringuilla y saca muelas. Un ser humano al cual, no me tiembla el pulso en escribirlo, lo tildo de ser humano de humildad ejemplar; pues me demuestra con sus actos que lo que habla de uno no es lo que se predica sino que es lo que se predica y se lleva a cabo con sencillez de trazo.




Y una vez pasado el mal trago del practicante llegó el latonero que con su habitual serenidad en el trato me hizo olvidar que cerca de allí había un hombre capaz de ponerme una inyección si me despistaba.

Oficios todos ellos del pasado reciente, pero que en algunos casos se podría decir que su función hoy todavía es necesaria, como la del sereno… Oficios y vendedores ambulantes que no pudieron competir con el procedimiento comercial moderno, pero no me refiero al del pequeño y mediano empresario sino al de la gran superficie que lo industrializa y descentra todo a través de un neo-liberalismo, carroñero, que se viste de etiqueta cuando la mayoría de sus asalariados tercermundistas subsisten con un trabajo mal pagado e insolidario con las reglas de juego del entre comillado “primer mundo”.












Como ya pueden sacar en conclusión del famoso dicho mentado al principio de este texto puede ser verdadero o falso el afirmar que “cualquier tiempo pasado fue mejor” dependerá de nuestra escala de valores e intereses; pero lo que sí es verdadero, cierto y acertado es apostar por la iniciativa cultural de Salsipuedes pues sin dudarlo es garantía de éxito cultural, por eso a la asociación de vecinos que invitó a estos labrantes de nuestra identidad mi más sincera enhorabuena porque con su ejemplo le demuestran a las instituciones que con poco que se invierta se puede conseguir que nuestra idiosincrasia sea luz en un mundo de oscuras mentes pensantes.

Alejandro Dieppa León.
Por una sociedad mejor, por un mundo más justo.

Fotos de mi álbum personal.