Este pasado día 12 de febrero entré en el Club de prensa Canario para asistir a la visualización de un pequeño documental, rodado en Tenerife, en el año 2005, en el cual la Federación de la lucha del Garrote reconocía públicamente la dilatada labor de nuestro luchador, escritor, poeta y articulista del deporte D. Salvador Sánchez, de todos conocido por “Borito”, merecido homenaje llevado a cabo en el festival de lucha Ichasagua, del ya citado 2005... y según me dirigía a saludar a mi amigo del control técnico del Club de Prensa, fui deslumbrado por los destellos azulados emanados de la sala de exposiciones de dicho centro cultural.
Poniendo rumbo a la citada sala de exposiciones, viento en popa y bien desplegando el velamen de la sana curiosidad, comencé a navegar, desde la lejanía, casi sin darme cuenta, en la semblanza azulada de nuestro mar canario, nuestro querido océano Atlántico, con las propuestas pictóricas de la pintora Conchy Rivero: En la fuerza de su azul rompiendo contra los arrecifes, aristas terrestres sobre las cuales un faro iluminaba mi navegación sirviéndome de guía para fijar un nuevo rumbo el cual me llevó a visitar distintos horizontes paralelos trazados en vertical, no en horizontal, sinergias de vidas paralelas, premoniciones de cambio en el lienzo matizadas de leves tonos rojizos, positivos... muy positivos que me condujeron a una escalera exhalada de las entrañas del océano, larga lengua pétrea que me permitió trascender al pasado geométrico de nuestra isla, para visitar las casas cúbicas donde la autora rememora su pasado, nuestro pasado, nuestros sueños de añoranza, siempre rompiendo el mar contra ellas, como la convulsa historia canaria, siempre embravecido el genio creativo de esta autora que me sorprendió.
Pero como soy descendiente de marinos, volví a embarcarme esta vez en una barquita pequeña en la cual, a golpe de remo recorrí zonas costeras, siempre sin perder de vista aquel faro que me señaló que era el momento de volver a la realidad, a la rubia arena del terrero, de la brega, donde todo estaba preparado para dar comienzo al homenaje a Borito ese Faycan de nuestra isla cuya huella quedará por siempre en los corazones de los que valoramos lo nuestro sin despreciar lo de otros.
No quisiera terminar este pequeño texto sin decir que la dilatada experiencia de Borito se refleja en su obra, léanla, y la curtida experiencia de la pintora Conchy Rivero se refleja en la suya. Aprovechen y visiten la expo; pues estoy seguro que no les será indiferente.
¡Ah! y lleven chubasqueros; pues ese mar ruge creatividad...
Alejandro Dieppa León.
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