sábado, 1 de enero de 2011

CUENTO CORTO: EL ALIENTO DE LA BRISA.


Que la roja pasión reinaba en sus corazones, era evidente, ya que nunca la ocultaron, y aquel aspecto de su relación era un referente para los que les rodeaban (familiares, amigos, vecinos), pero aún así, en ciertos momentos íntimos, aunque los dos conocían perfectamente la respuesta uno de ellos preguntaba:

- ¿Me quieres?

- No, cariño... - respondía el otro, en este caso él -. Sabes que nunca te he querido que yo siempre te he amado, porque el querer es el fruto del caprichoso deseo y lo que siento por ti es algo más profundo, un sentimiento más puro y duradero... Es sencillamente la esencia destilada del amor verdadero...

Se besaron, primero rozando sus labios y seguido, más en profundidad, el aliento húmedo de sus bocas les llevó al culmen del éxtasis...

Pasados varios minutos de plenitud amorosa se acurrucaron nuevamente sobre aquel banco, el uno junto a la otra en un equilibrado silencio, en espera del nuevo amanecer de aquel recién extrenado año y la gran luciérnaga de la noche, cómplice silenciosa de sus diálogos amorosos durante todo el tiempo de relación (dentro de la cual habían fecundado un hijo), les sonrió (pues ella también los había escuchado con nitidez) con un claro rayo de luz, enérgica esencia que atravesando el espacio llegó a su objetivo ataviado de un silencioso manto de plata cuando alcanzó de pleno a la pareja, y con ese detalle de su naturaleza les reconoció que todavía aquel juego en el vértigo de la duda ya desvelada le sonaba actual, sincero, romanticamente perfecto.

Alejandro Dieppa León.

Cuento escrito después de una romántica noche de amor, para este año del amor y para todos los que desean ver la vida con la roja esencia de este destello positivo de nuestra condición humana.

FELIZ 2011.




(Imagen encontrada en Internet)

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