domingo, 27 de diciembre de 2009

HABLAR BIEN DE LOS DEMÁS, ES BENEFICIOSO PARA LA SALUD MENTAL










Como todos los días me levanto, inhalo el frescor de la mañana, me ducho, acicalo mi ajada apariencia de hombre curtido en justa lid con la vida y mientras me visto repaso lo vivido el día anterior, preocupaciones cotidianas de un mortal que trata de ganar algo de tranquilidad en el latir de su esperanza, y una vez convencido de que nada tiene importancia, salvo lo verdaderamente importante, salgo a la calle a batirme en el embravecido ponto de esa cuestionable realidad urbana, de la cruenta y nada grata realidad de un hombre común, de un apaleado mortal... y confieso que en ella encuentro aristas que aún a mi edad, más de cuarenta primaveras, perturban mi sosiego. Una de estas aristas es el haber escuchado o escuchar en momentos puntuales de mi existencia cómo nos criticamos, sin pudor, los unos a los otros ya sea: en una esquina, en un bar, en la tienda de unos grandes almacenes, a la entrada y o la salida de los colegios, en ciertos programas televisivos que giran y giran sin parar en la caótica y mezquina catarsis televisiva que sigue batiendo, a golpe de talonario, cuanta ponzoña es vertida en esta “civilizada sociedad” y añádanle ustedes a lo escrito cuanto falta; pues seguro podrían ilustra este texto con más detalles de vida...

Sí criticar sin recordar y reflexionar antes de vomitar ponzoña lo dicho por el nazareno: “Quién esté libre de pecado que tire la primera piedra”. ¡Jo, y encima pretendemos que nuestros jóvenes nos respeten! Verán... Yo suelo decirle a mi hijo: “Aridane, a la mala lengua le huele el aliento a la legua. Apártate de ella, hijo” y creo no equivocarme con tal sentencia, con tal consejo, porque la experiencia de vida me ha demostrado estar en lo cierto, porque gente de mala lengua, y pensamiento, ¡qué gente!, “haberlas hailas”. Rumiadores/as que están todo el día buscando puntillitas en un contexto pensado con ética, margullando en la vida de los demás para ver si encuentra algo, plantando semillitas de odio y rencor que no se sabe dónde y cómo terminarán de florecer o ajarse... En definitiva, buscando la manera de exhalar su frustración clavando astillas en el objetivo a abatir sin tener en cuenta que en este empeño ellos/as pierden más de lo que ganan, pues se pierden y se desgastan... No lo duden... Recuerde el criticado, el ultrajado verbalmente, el vilipendiado que: “lo que no nos mata, nos hace más fuerte”.

A estos/as lustradores de tan bajo arte les recuerdo que la crítica constructiva es provechosa porque nos hace darnos cuenta de nuestras impurezas, de nuestros defectos en cualquier aspecto de la vida y que el hablar bien de los demás es beneficioso para la salud, es un buen ejercicio fortalecedor de nuestra alma, practíquenlo, se sentirán mejor consigo mismo/a, consiguiendo que los demás se sientan bien alcanzando su plano de felicidad, su estadio; pues habrán ganando en este simple ejercicio una mejor salud mental... ¿Y Por qué? Porque así conseguiremos un mundo mejor, una sociedad mejor donde nuestros hijos aprendan que el respeto: en casa, en la clase al docente, a ese apaleado y denostado docente, en la calle al vecino, al policía... en definitiva, a nuestros congéneres es algo positivo y que se puede conseguir más con ello que de otra forma.

Sabiendo que no soy un ser perfecto; pues soy humano y que nadie es perfecto en este mundo... Lo dicho...

Hablen bien del prójimo, resalten lo bueno y no lo malo, verán cómo se encuentran mejor consigo mismo/a y hasta si les apetece me cuentan su experiencia... ¡Ah! y taponasen los oídos cuando por la “tele” u otro medio escuchen historias y comentarios lacerantes girados en la noria de los debates insustanciales, esos debates que solamente tratan de ganar audiencia, dinero...

FELIZ SALIDA DE AÑO Y MEJOR ENTRADA.

GRACIAS POR TANTO RESPETO Y CARIÑO EN ESTE CORTO ESPACIO DE TIEMPO DE ANDADURA DEL BLOG... PUES NO SÉ SI LO MEREZCO.

ESTA FOTOGRAFÍA LA SAQUÉ EN EL SUR DE GRAN CANARIA, 2009.

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