sábado, 5 de diciembre de 2009

GRAFITEROS: “DESDE LAS CUEVAS DE ALTAMIRA A LA PUTA CALLE”

El aliento exhalado, jadeo del paso forzado, medido y meditado cortaba la llama de la lámpara de tuétano agarrada, fuertemente, en la mano derecha de aquel hombre inmerso en un mundo negro, frío, hostil... que le hacía andar doblado la mayor parte de su camino, arrodillado muchas veces y arrastras las menos, pero no por ser las menos dejaban de ser las más humillantes, siempre avanzando rozando el gélido silencio, silencio fantasmal, milímetro a milímetro, metro a metro, subiendo o bajando, a izquierda o derecha, ante el fuliginoso poder de aquella negrura; pero aunque dudaba, cuestionaba y se sentía más vivo cuanto más próximo creía estar de la muerte, los vaivenes de la llama de la fibra vegetal de su lámpara de mano: le alentaban a seguir su camino guiándole, entre luces y sombras, a través de anchas galerías poco interesantes para éste hombre místico, espiritual; pues en ellas ya había expresado su sentir con manifestaciones animales, de manos, con figuras antropomorfas y signos poco motivadores. Expresiones grabadas en los techos de aquellos pétreos estómagos vacíos... Luces y sombras que también le guiaban a través de estrechos pasadizos, casi asfixiantes, donde tenía que despojarse de sus vestiduras, de su protección, y donde las aristas cortaban la piel de los torsos desnudos de sus compañeros, y hasta la suya, en unos incómodos puntos neurálgicos, difíciles de rebasar, donde más de una vez, uno de ellos casi queda atrapado taponando el regreso al mundo de la luz.


Una vez alcanzado el sitio adecuado, después de andar un kilómetro o dos..., quién podría precisarlo, casi en lo más profundo de aquel tubo digestivo, la mano de uno de ellos, comenzó a rozar la roca buscando detalles en ella perceptibles solamente al tacto, mientras con la otra movía la lámpara de tuétano de un lado a otro, manteniendo los ojos abiertos, buscando señales, ¿por qué en ese lugar y no en otro?, ni ellos mismos lo sabían, solamente buscaban indicios sobre la roca donde la forma le hablara a su masa neuronal, con nítida claridad, y ésta la reconociese, e interpretase, con su vario pinto conjunto de polícromos pigmentos el cual comprendía: Negros, rojos, amarillos y ocres obtenidos: Del carbón, de fluidos y desechos corporales, de compuestos minerales (hematita, arcilla y óxido de manganeso) que se podían mezclar con resina o grasa y embebido en sus místicas sinapsis, las formas adquirieron cuerpo, nuevamente, una vez más, untando, con la yema de los dedos, sobre la piedra, los colores; soplando a través de finas cañas la pintura para conseguir delgadas líneas; espolvoreando los pigmentos en polvo o mezclándolos con algún aglutinante suave...


Todo esto:

Para volver a materializar sobre la piel pétrea los mismos animales con los que convivía, a los que cazaba por necesidad y de los que se alimentaba, respetaba y no diezmaba por puro placer...

Para volver a trazar figuras antropomorfas donde se representaba a sí mismo, a los suyos y sus movimientos, sus actos...


Para volver a dejar la huella de la palma de su mano sobre la roca, como diciendo: Aquí he estado yo, este soy yo, te he vencido oscuridad, también a mi miedo interior; pero esta vez añadió otra clase de signos, trazos no definidos...


Este episodio de nuestro olvidado pasado demuestra, sin lugar a dudas, que siempre hemos sentido la necesidad de expresarnos para evitar la locura del silencio, el abismo de nuestros profundos miedos, las carencias individuales que como mamíferos tenemos... y para ello hemos utilizado: El habla, esa saeta que muchos temen, más si va armada con la dura punta de la verdad... La risa, esa distención del ánimo que los opresores odian ver en el ser libre... El baile, esos movimientos del cuerpo o gimnasia del alma que los inquisidores trataron de matar y tratan de matar, en distintas religiones, a golpe de santos designios de recato... El dibujo o la escultura, esas manifestaciones artísticas a las que solamente se les daba valor si servían para endiosar aún más a un Dios, o a un sudo Dios, o algún patán endiosado... Así hasta llegar a nuestra historia moderna, en la cual hay más de lo mismo, y perfeccionarnos en un arte que también temen los opresores, los amantes de lo absoluto, ¡lo de ellos, claro!, ¡cuanto no darían éstos sátrapas por cortar nuestras lenguas y manos! Hablamos de la escritura: en prosa o verso, en papiros, en legajos, en libros, después que Gutenberg, este herrero alemán inventara la imprenta, ¡Jo, un herrero!, en la red, a través de los medios digitales como éste desde el que escribo, con el que pueden estar de acuerdo o no, en libertad; pues nunca me ha puesto trabas editoriales al hacerlo, es de bien nacidos dejarlo patente, o desde hace varias décadas, con los grafiti (palabra plural tomada del italiano graffiti, graffire), cito: “uno de los cuatro elementos básicos de la cultura hip hop, donde se llama grafo o grafiti a un tipo específico. En este sentido, una pintada política no sería un grafito”. ¡Ay, qué habrá sido de aquellos eslóganes impresos con estas técnicas! cito: “los grafitos de los disturbios de mayo de 1968 en París: L'imagination au pouvoir (la imaginación al poder), o Sous les pavés il y a la plage (bajo los adoquines está la playa)”
¡Qué tiempos! y yo con cinco años.


Ya podrían aprender algo de lo vivido, ese año, ese mes, ciertos jóvenes que se dedican a pintar las fachadas de muchos inmuebles particulares y públicos, les recuerdo a estos grafiteros de poco espray imaginativo que estas construcciones son también manifestaciones culturales, de un arquitecto en este caso, a respetar como la vuestra y, además, en el caso del inmueble privado son el sudor y lágrimas de un trabajador, o trabajadora, al que le toca los COJ... ¡Perdón! O los OVA... ¡Perdón, nuevamente! que le estén pintando, y subrayo pintando no haciendo arte, lo que tanto le está costando o le ha costado pagar...


Decirles que me encanta este movimiento cuando expresa arte, y sobre todo aquellos movimientos culturales en los que no se dañe al prójimo para dejar patente una forma de ser o sentir, os recuerdo que eso es rozar el fascismo; pero como los grafiteros de mayo de 1968, yo le daría otro giro a este arte urbano, a tu arte urbano, recogiendo la esencia positiva, desechando la negativa, ¡joder al prójimo con las pintadas, claro!, de aquellos grafiteros legendarios, masculinos y femeninos, como son: “Ellos: Dino Nod, Lazar y Wicked Gary... Ellas: Eva 62, Barbara 62 y Michele 62” y me personaría en la institución correspondiente, creo que serían las de cultura y juventud en vuestro caso, y les pediría que habilitasen espacios en parques u otros lugares de nuestra ciudad donde cada cierto tiempo el mayor número de grafiteros pudiesen expresarse en liberta, para poder disfrutar de vuestro arte, ¡bueno en libertad, esto último será así si no os metéis con el poder establecido, claro!, para emular los postulados de aquel místico movimiento cultural con el que tenéis algo en común, según mi punto de vista la necesidad de expresaros, y con el que comenzó el hombre a ser más hombre, hace tantos miles de millones de años, dentro de aquellos oscuros espacios llenos de luz inspiradora, llenos de arte en estado puro...


Pensamiento: “Si un trazo es vuestra primera expresión, el conjunto de ellos es la esencia que no pervivirá sin el respeto a los demás”

Alejandro Dieppa león.


Foto de mi álbum personal.

2 comentarios:

  1. Qué buen artículo Alejandro! el arte , la expresión , la libertad, el respeto por el otro,si! todo esto para que los jóvenes y no tan jóvenes hagamos de la imaginación una invención diaria, movilizadora. saludos desde Argentina .Cecilia

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  2. Gracias, Cecilia. Gracias Argentina... Mi padre de pequeño me contó que de allí vino el alivio para el sufrimiento de muchos canarios, espero en este periodo de tiempo estemos a la altura con vosotros...

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