jueves, 1 de marzo de 2012

MI CITA DEL 01 DE MARZO DEL 2012 Y CUENTO: HUMILDAD..

QUERIDO HIJO...

LA HUMILDAD ES UNA LLAVE MAESTRA QUE ABRE TODAS LAS PUERTAS.

MEDÍTALA, SIÉNTELA, VÍVELA Y RECRÉATE EN ELLA...

MEDITEMOS 


Cuento:


Un monje de un lejano templo Tibetano, cansado de la vida monacal, abandonó el templo donde había vivido desde la niñez, para caminar por el mundo, creyéndose superior al resto de seres humanos por tener una serie de conocimientos místicos que el común de los mortales ignoraban… Enajenación mental que le llevó a olvidad los principios fundamentales de su filosofía, de su razón de ser, y a elevar su ego hasta el punto de creerse que con el tiempo llegaría a ser más famoso que el mismo BUDA. Actitud rechazada por aquellos que se acercaban hasta él en busca de la PAZ de ESPÍRITU.


Desconcertado por el rechazo del pueblo, abatido por la cada vez más intensa indiferencia, quebrada su espiritualidad, regresó al templo donde aprendiera a ser un ser humano puro de alma, tocó varias veces a la gran puerta de entrada, pero nadie le abrió; después intentó abrirla con sus propias manos, pues no tenía cerradura que lo impidiese, pero no pudo abrirla…


—¡Hermanos...! ¡Hermanos...! —Llamó a sus antiguos compañeros, pero no hubo respuesta—. ¿Por qué no puedo abrir la puerta? —se postró de rodillas ante ella y esperó una señal y cuando más desolado estaba una voz le dijo:


—La llave que abre esta puerta es la humildad de espíritu.


—Sí, maestro —inclinó la cabeza en señal de respeto.


—Entonces vuelve a los quehaceres cotidianos y hasta que no la encuentres y la cultives no regreses…


El monje meditó durante tres días y al cuarto se levantó y siguió la estela del consejo dado y cuando se volvió un anciano regresó al templo, empujó la puerta de entrada y ésta, ligera como la brisa, se abrió permitiéndole la entrada a aquel santo lugar…


Pero la vida, caprichosa, después de que el monje revelara su identidad a los nuevos discípulos y maestros, le arrebató su aliento vital…


—No importa esta adversidad, pues muero en PAZ conmigo mismo… —fueron sus últimas palabras.



(Alejandro Dieppa León, frase y cuento de mi serie MEDITANDO EN UN TEMPLO SHAOLIN)


Alejandro Dieppa León.

Nota: Escrito para la presentación del “Libro que más cuenta” en el aula cultural ECCA este 1 de marzo de 2012.

2 comentarios:

  1. no conocia tu blog. Me gusta. Esta entrada sobre la humildad está muy acertada en estos tiempos que corren. Creo realmente que es la llave para muchas puertas. Al fin de cuentas solo estamos aquí de paso y no debemos querer más de lo que nos corresponde. Es la única manera de obtener la FELICIDAD.
    un saludo

    ResponderEliminar
  2. Gracias Mercedes Mariño Casillas, la cita y el cuento fueron escritos para la presentación del libro en el que participo "el libro que más cuenta"... Sí, es verdad que la humildad no es una parte del ser humano que sea cultivada... y es una pena; porque si se cultivase más al conjunto de la sociedad nos iría mejor... Un fuerte abrazo, gracias por leerme, y perdona la tardanza en contestar, pero aún no domino la parte de los comentarios...

    ResponderEliminar