lunes, 27 de diciembre de 2010
GRAN CANARIA, ARUCAS: DOS OBRAS A MEDITAR DEL PINTOR JUAN MARTÍN MARTÍN.
domingo, 26 de diciembre de 2010
GRAN CANARIA, ARUCAS: UNA HORA EN EL PAIS DE LA FANTASÍA NAVIDEÑA.
Este pasado jueves 23 de diciembre en la casa Museo Gourié de Arucas en una de sus salas habilitadas para que el mundo cultural se exprese en libertad la Asociación Cultural Salsipuedes representada, esta vez, por José Gilberto Moreno, MAGNÍFICO NARRADOR, transformado en juglar del siglo veintiuno, Luís Batista, EXTRAORDINADIO GUITARRISTA, y un variopinto grupo de ACTORES pertenecientes también a este colectivo que logra con todas y cada una de sus propuestas coronar el laurel de la cultura con mucha diferencia, consiguieron, a partir de las 8:35 de la noche, distorsionar la actual realidad, (cotidiana andadura por ese angosto camino lleno de duras veredas para cualquier serenidad y profundas gargantas que ahogan los sentimientos puros de la estabilidad emocional), con un escenario que consiguió crear una atmósfera especial a través de un sencillo decorado – no por este aspecto desdeñable – ataviado de detalles (unos ositos, símbolo inequívoco de la ternura; una caja de colores – rojo y blanca –, símbolo de la sorpresa buena, podría ser perfectamente el verdadero espíritu navideño; un xilófono, instrumento que marcaba con su musicalidad el tiempo transcurrido; una pandereta, que nos recordó, con su jovial sonido, que es navidad; un candil, con una vela encendida dentro, el cual nos guió en el paso de la realidad a la fantasía escénica y muchos detalles más que salieron a escena en su justo momento), sí, detalles todos ellos escogidos, simbólicos, que sumados a una luz nebulosa, difusa, logró pintar una atmósfera especial donde los allí presentes: niños y mayores fuimos abstraídos, casi sin darnos cuenta, al mundo del cuento navideño. Narraciones que fueron capaces de conseguir que una hora pareciera un minuto y los minutos en esa hora vivida se transformasen en sesenta instantes de plena felicidad; pues no lo duden si los niños disfrutaron los mayores también.
¿Se han preguntado alguna vez el por qué los perros no tienen rey aún? Pues con un cuento dedicado a este aspecto de nuestros compañeros, ya desde hace milenios inseparables y venerados, los canes, comenzó su travesía en el verbo sereno, diáfano, nuestro, permítanme otra vez la licencia, juglar, narrador, José Gilberto Moreno, acompañado por una escogida pieza de guitarra tocada por Luís Batista, dualidad macerada en un buen tamiz que dio como fruto una conjunción sonora acertada y practicada a lo largo de todo el acto.
Después de esta narración, bien escogido cuento para captar la atención, del ya atento público asistente, muy numeroso por cierto, el inolvidable Hans Christian Andersen, 1805-1875, “con el cuento por excelencia de navidad”, según indicó el narrador, “la vendedora de fósforos”, puso en el marco escénico la primera intervención de los actores y actrices.
Los acordes de la guitarra, coquetos, juguetones en la melosa melodía, introdujeron, con rítmica marcha, los deseos de un hombre bueno, tercer cuento de esta mixtura de propuestas y permítanme este inciso, uno de los muchos que existen en este mundo, que son mayoría, no lo duden, aunque no escuchemos sus pasos, ni el latir de sus corazones, O sea… los nuestros, “un hombre que deseaba que las navidades fuesen diferentes”, remarcó el narrador, ¡Ay, las navidades, cuánto han cambiado desde que aquel niñito nació en Belén!...
Aplausos una vez más, fuertes, potentes…
La canción de navidad de Louis Armstrong, acorde a acorde, anunció el recorrido de un pastor muy especial, uno disminuido físicamente, cuya fe en el Mecías curó su mal cuando entregó su muleta al Mecías. Santa Verdad, cuando hay esperanza, la línea del horizonte se perfila nítida…
¿Por qué aquella joven empaquetaba besos en una caja? ¿Por qué su padre se enfadó con ella antes de conocer el contenido de su regalo? ¿Por qué la perdonó después? ¿Por qué la gente no intentamos comprender primero y actuar un poquito más tarde? ¿Por qué volvemos a tropezar en la misma piedra? ¿Por qué los padres insistimos en descargar con nuestros hijos las frustraciones de una vida ajada y sinsentido? En este cuento, narrado e interpretado, como los anteriores, magistralmente, la realidad late ante nosotros pero cuando reflexionamos sobre ella, desde afuera, ya finalizado el acto, la focalizamos mejor...
Aplausos, sinceras palabras de aprobación, y los niños atentos, siempre atentos, crean que a esta altura del acto no perdían ningún detalle.
Estarán de acuerdo conmigo que la elección de las piezas musicales (como ejemplo los dos vídeos anteriores) fueron acertadísimas como acertado fue el cuento introducido, por el narrador, tomando como escusa al guitarrista. En este cuento los Reyes Magos de oriente se rompen la cabeza para ver cómo pueden repartir los regalos de la forma más coherente posible llegando a la conclusión de que el “Pensímetro” es la mejor manera que tienen los Reyes Magos para repartir sus regalos; pues este aparato es capaz de diferenciar entre un niño que no tiene cariño (a éste le regalan muchos regalos) y un niño que tiene cariño (a este solo le traen tres o uno solo)
“La navidad tiene momentos tristes” dijo el narrador, yo pienso lo mismo, pero no solamente de mayor, sino de pequeño… Es un sentimiento que no puedo evitar, pues cuando veo tanto y tan mal repartido y al observar cómo se distorsiona el verdadero espíritu navideño viviendo estas fechas como si fuesen fin de año, estás astillas no dejan de clavarse en mi sentimiento utópico de que este mundo puede ser mejor. Que sí, que lo puede ser…
El siguiente cuento, una de esas historias casuales que terminan como no deberían terminar las historias, mal, porque sus personajes no consiguen lo que anhelan, me recordó un pasaje de mi vida cuando salía de novio con mi esposa, Atteneri, en el cual el móvil de la época se me, perdonen la literalidad, JODIÓ de pleno al caérseme al suelo, pero mi interés en la llamada que esperaba me hizo montar unas conexiones entre personas de la familia y amigos para que me localizaran que de no haberse dado, en la actualidad no estaría casado con esa mujer que tanto me entiende, arropa, alienta, respalda, me comprende, me aguanta y a la cual le debo el estar escribiendo estas líneas y todo lo escrito hasta la fecha...
(Besos… Ya sabes que te seguiré amando más allá del último aliento de vida.)
¿Se han preguntado qué tienen los ositos de peluche de especial? ¿Por qué son un imán para las féminas (y para muchos hombres aunque no lo confiesen)? ¿Y si el de ustedes se escapara? ¡Ufff, qué nervios! ““Missa” era uno de esos ositos, pertenecía a una niña que a veces al osito lo cuidaba, mimaba, abrazaba; pero otros días le tiraba de las orejas…”, dijo el narrador y añadió que después de su escapada encontró a otro oso mayor que le invitó a compartir el repartir regalos, al final “Missa” decidió quedarse en la casa de un niño necesitado…
Una niña quiere coger un osito, encantadora, serenamente sonriente su madre lo retiene…
La noche de noche buena, en otro de los magníficos cuentos, en la misa del Gallo, todos esperaban, atentos, que el sonido de unas campanas que solo sonaban cuando ocurría algo especial se mecieran con sus mejores acordes. Pero fue la ofrenda de un pastor la que consiguió el milagro, no la del poderoso, el Rey… Como siempre los cuentos educan y denuncian.
El árbol de navidad es algo que se ha puesto de moda, pero ¿le han preguntado alguna vez a un abeto cuál sería su destino deseado? Quizás este quiera un fin distinto... El servir como leña para calmar el mal de una niña enferma fue su mejor destino.
Sonó una pandereta…
Como último cuento de la noche, uno que hablaba de globos de colores diferentes, como diferentes son las personas de este mundo, puso el broche perfecto, la guinda de un pastel de dulce sabor…
Miren ustedes, queridos lectores, el hacer cultura es algo que tiene que salir de adentro, del alma, y como en este caso también es altruista, cosa que engrándese a quien practica esta forma de vida. Por ello le doy mis más sinceras felicitaciones a los que han organizado este acto (A la Asociación Cultural Salsipuedes) y a quienes lo han patrocinado (Ayuntamiento de Arucas, entre otros).
Alejandro Dieppa León.
martes, 21 de diciembre de 2010
DESDE GRAN CANARIA FELIZ NAVIDAD A TODO LOS HABITANTES DE ESTE PLANETA.
lunes, 20 de diciembre de 2010
GRAN CANARIA, ARUCAS: CUENTOS DE NAVIDAD POR LA ASOCIACIÓN CULTURAL SALSIPUEDES-
miércoles, 15 de diciembre de 2010
GRAN CANARIA, MOYA: MAR DE ISLAS UN ESPECTÁCULO MUSICAL CON CLASE.
GRAN CANARIA, TELDE: INVITACIÓN DEL GRUPO ARNAO.
martes, 14 de diciembre de 2010
GRAN CANARIA, TELDE: Inauguración del XLIII Belén de San Gregorio.
Foto de la anterior edición del Belén Canario de San Gregorio.
La Concejalía de Cultura, que dirige la edil socialista Almudena Vaquero, presentará el próximo día 18 de diciembre, a las 20:00 horas, el Belén Canario de la Plaza de San Gregorio en Telde.
El autor del mismo, Don José Sánchez Rodriguez, viene realizando este belén desde hace 43 años en la Plaza de San Gregorio con diversos motivos que giran en torno a nuestras islas.
Este año llevará por título “Los balcones canarios del niño Dios” y en él se podrán observar los tan característicos balcones que adornan las fachadas de las casas típicas de nuestra geografía .
El acto está coordinado por la Escuela de Folclore, dependiente de la Concejalía de Cultura. Seguidamente a la inauguración tendrá lugar una actuación musical del grupo de folclore.
NOTA DE ÚLTIMA HORA EL EVENTO SE ADELANTA AL DÍA 17.
domingo, 12 de diciembre de 2010
GRAN CANARIA, LAS PALMAS: El Pensador de François-Auguste-René Rodin y otras esculturas en la céntrica calle de Triana.
N
jueves, 9 de diciembre de 2010
INSTANTE DE LA PRESENTACIÓN DE MIS DOS LIBROS EN SANTA CRUZ DE TENERIFE.
martes, 7 de diciembre de 2010
POEMA: NOSTALGIA.
lunes, 6 de diciembre de 2010
GRAN CABARIA, LAS PALMAS; HOMENAJE A LAS CANTERAS.
miércoles, 1 de diciembre de 2010
CUENTO: DE VALIENTES Y COBARDES.
—¡Muy buenos días a los presentes! —saludó a “diestros” y “siniestros”, que de las dos clases había, y muchos, en aquel lúgubre lugar.
"¡Otra vez aquí este incordio!" pensó alguien que no le deseaba el bien desde hacía años; porque el éxito de la persona envidiada en su trabajo, su esfuerzo y constancia, para lograr sus metas, eran un puñal clavado en aquella mediocre existencia.
—¡Muy buenos días, distinguido señor! —Estuvo a punto de hacerle hasta una reverencia; pero se contuvo—. ¿En qué le puedo servir? —se notó el acento, el tirón de orejas por no poder rebañar de la cartera de “Ñito”, diariamente, los cincuenta céntimos que costaba un café aguado en aquel cuchitril.
—Ponme un…
—Sí, ya… Un café bien cargado —le rechinaron los dientes.
Mientras “Taco” preparaba el café, los habituales de la mesa del fondo, a la izquierda, esa que en estos lugares queda bien resguardada de toda mirada indiscreta desde la calle, comenzaron a cuchichear entre ellos en voz baja, “Ñito” se dio cuenta, pero no le dio importancia; pues para él lo realmente importante era tomar su café, para levantar el ánimo antes de empezar su dura jornada y abrir su negocio.
—Aquí tienes un vaso de la verdadera gasolina del obrero —mientras le servía su ojo izquierdo comenzó a pulsar espasmódicas manifestaciones nerviosas.
—¡Gracias!
Sin perder tiempo, agobiado porque se acercaba la hora de apertura, cogió con la diestra el vaso servido, lo levantó y se lo llevó a la boca.
—¡Puafff! —en un acto reflejo también se limpió los labios con la mano libre, los de la mesa de la izquierda pararon de hablar—. ¡Coño, “Taco”! Este café está horrible: Aguado y frío…
—Siempre quejándote. Siempre quejándote. Anda págame el café y sal de aquí al momento que no quiero verte más…
“Taco” verdaderamente imponía, su gran envergadura, masa muscular, ancho rostro, pelo corto y grasiento, barba de cuatro días y tatuajes ayudaban a ello, pero a “Ñito” no le amilanó aquel cuadro, ni la verborrea empleada, ni tan siquiera el gesto de levantarle el puño ante él haciendo ademán de darle un puñetazo si no hacía lo que se le decía al momento. No le amilanó porque el ojo izquierdo de aquel mastín había comenzado a parpadear con más fuerza, gesto que para su cliente era signo de su debilidad interior.
—Escucha “Taco” —no retrocedió ante el avance del dueño del bar—. Yo me gano la vida con el sudor de mi frente y nunca a un cliente lo he tratado como tú me tratas a mí, pero si es el dinero lo que te preocupa más que la calidad —sacó el dinero del bolsillo con rapidez y lo estampó sobre la barra— toma aquí tienes los cincuenta céntimos, pero a cambio me dejas la hoja de reclamaciones.
—La hoja de reclamación, encima. Serás cacho cabrón… —los de la mesa alejada de las miradas de la calle, afines a “Taco”, llegaron a tiempo de que no ocurriera una desgracia, mientras el resto de clientes, los más, comprometidos silenciosamente con la postura de ”Ñito” abortaron con su presencia, solamente con su presencia, lo presumido como desgracia. Consiguiendo los primeros serenar a aquella mole ex militar.
A marchas forzadas llegó la hoja de reclamación al ofendido cliente y éste la rellenó, con serenidad, estirando el verbo, agudizando el adjetivo calificativo y una vez rellena pidió que se la firmase el propietario del establecimiento. Éste aconsejado por sus afines la firmó, no sin lanzar una mirada de muerte a aquel incordio en su vida.
Al día siguiente la noticia había corrido como reguero de pólvora por el pueblo, hasta llegar a la ciudad en forma de noticia impresa en papel, y al resto del mundo a través de internet obteniendo la noticia publicada solamente estos comentarios:
“Qué fuerte, en un pueblo tan tranquilo, tanto odio guardado.”
Firma: Julia Nere Nara.
""Ñito" no es mala gente, lo malo es el café servido por “Taco”.”
Firma: Herminio Solido Cardené.
“Ten más arrestos!! ¡Ñiiitooo! Porque tienes que ser muy fuerte para enfrentarte a los fuertes.”
Firma: Maquiavelo.
“Estimado Maquiavelo como le suelo decir a mis conocidos “El perro que mea en una esquina y no deja su firma olfativa seguro que no es perro sino perra.” Yo no veo la tuya. Un fuerte abrazo”
Firma: “Ñito”
Y colorín colorado, este cuento, con moraleja implícita, se ha terminado. Si les apetece descúbranla.
Desde este medio mi más sincero respeto, aunque no comparta las opiniones de algunos, a todo aquel que es capaz de expresar con nombre y apellidos, foto incluida, lo que piensa y siente.
Alejandro Dieppa León.
Foto de mi álbum particular en la cual me inspiré para escribir este cuento.
lunes, 29 de noviembre de 2010
GRAN CANARIA, MOYA: CARMELO MARTÍN EXPONE SU OBRA.
GUIA: NUEVA EXPOSICIÓN DE ALFREDO HIERRO.
martes, 23 de noviembre de 2010
CUENTO: LA ÉLITE Y LA CULTURA.
19 de agosto del 2010, jueves, en cualquier lugar de nuestro país o fuera de él.
En un lujoso restaurante llamado “El corsario del Atlántico” encajado en la dura roca de aquella rica y seductora costa marina, lugar de moda frecuentado “por lo mejor de nuestra sociedad”, la dura piedra, avejentada por la corrosiva sal y el indomable Eolo, golpeada por un furioso oleaje, no se agrietaba por el impacto de las olas contra su desgastada materia, se agrietaba, esa noche, por la impotencia sentida al escuchar aquella conversación mantenida entre los cuatro clientes del restaurante reunidos alrededor de una mesa de madera: color caoba, lujosamente decorada, llena de caviar del Mar Caspio y otros suculentos manjares afrodisiacos, situada en la mejor de sus terrazas, la más apartada y resguardada de las inclemencias del caprichoso tiempo atmosférico. Lugar de reunión habitual de una ínfima parte de esa rara, pero no desconocida, variante de nuestra especie que cree estar por arriba del bien y el mal legislado, con sólidas pero poco efectivas leyes, dentro de su “gran país", ese que este grupo inquisidor, egocéntrico, conoce y manipula tan bien. “Gran país”, sólo en extensión, porque en valores, y económicamente, se iba degradando a marchas forzadas, ¡para el pueblo llano, claro!, siempre para el pueblo llano, sencillo, humilde.
—Ya sabes cuál es tu cometido, no me falles —puntualizó “El Poder”, esbozando una amplia sonrisa, pasando una mano por arriba del hombro de una de sus dos amantes, “La Codicia”, con la intención de rozar su irisado pezón izquierdo y una vez alcanzado su objetivo, bien sobado por las yemas de sus lascivos dedos, ésta se abrió de patas para dejar que “La Mentira”, por debajo de la mesa, sin complejos, sin esconderse, rozara su sexo desnudo con su pie izquierdo.
—No te preocupes —su interlocutora, la recién reclutada “Élite”, se dio cuenta de lo ocurrido bajo la mesa—. Confía en mi experiencia —añadió seducida por el momento vivido en aquel sitio “Bip”, excitada, más que por la escena presenciada, por la idea de pertenecer, presumía en un corto futuro, si cumplía su cometido, a aquel grupo tan bien cohesionado que gozaba de variopintos privilegios.
“La Élite”, después de evadirse de la realidad por unos instantes, esgrimiendo la vana excusa de estar cansada, se levantó de la silla, justo cuando “La Codicia” llegaba al orgasmo y se marchó.
—¿No confiarás en ella? —preguntó “La Codicia” sintiendo una mala vibración en sus mezquinos sentidos.
—Ni en ella, ni en ti cariño —besó, con lascivia, los labios de “Codicia”, le gustaba hacerlo,—. En lo que sí confío es en su forma de ser. Tú sabes bien que nadie puede, en este mundo, engañar a su naturaleza, al resto de mortales, ¡quizás!, si se dejan, o son expertos —miró de reojo a “La Mentira”, toda una profesional en este arte—, pero a su forma de ser, sentir y pensar no cariño.
El juego a tres bandas comenzaba a alcanzar su punto álgido justo cuando “La Élite” arrancaba su Porche 911, ¡qué menos para una “señora” tan distinguida!, pues ella no se atrevía a utilizar un simple Renault Clio 1200 de segunda mano, eso, según ella, era para el resto de los mortales, porque en su interior se sentía superior a los demás, más arriba de la media, desde pequeña, en su casa, escuela y cualquier ambiente visitado y de mayor otro tanto de lo mismo.
Llegado el día 20 del mismo cálido mes, en un acto organizado por “La Cultura”, dentro de un gran salón de una asociación de vecinos, con pintores, escultores, poetas, escritores, actores y músicos, proyecto multidisciplinar de gente sencilla, de la ciudad donde residía después de su separación; pues ésta, dolida, defraudada, ignoraba, desde su voluntaria separación del “Poder”, las invitaciones “de elevada alcurnia” provenientes del círculo vicioso de su ex marido.
Invitaciones donde unos pocos “Cum laude”, que se creen la flor y la nata de la vida social, refuerzan sus lazos dándose palmaditas en las espaldas los unos a los otros, para cohesionar su círculo, excluyendo, con la crítica lacerante, a toda aquella persona que no se somete a sus designios, a la gente sencilla que empiezan desde abajo, y que según ellos, y sólo ellos, no logran alcanzar un “alto nivel intelectual”.
El acto comenzó, a las 20:00 horas de aquel viernes con el aforo desbordado, por gente, que para “La Élite” no eran entendidas en el mundo de las Bellas Artes: “Son del pueblo”, solía decir aquella trepa dentro de su círculo minoritario, gente del pueblo necesitada y manipulada, como podía, para coronar laureles, en sus monótonos eventos, ¡claro, una vez conseguido su fin, ni un café con ellos!, y una vez acabado el acto, poco a poco, entre tortillas, ensaladillas, patas de cerdo, refrescos, con sutil habilidad, se fue acercando a “La cultura”, en medio de lo cual hizo migas con "El Desprecio", un individuo, resentido, pariente cercano de "La Envidia" y conocido de "La Bondad", poeta de alma pura participante en aquella hermosa idea, de corte humanista, con la cual habló para que ésta hiciera las presentaciones entre "La Élite" y la organizadora de aquel espectáculo artístico.
—Me ha encantado este acto —mintió después de los saludos protocolarios.
—Me alegro te gustase —no percibió en la recién conocida maldad alguna, porque “La Cultura”, siempre confiando en la naturaleza positiva del ser humano, pensaba que todo el mundo era bueno.
—Aunque… —siguió con su estrategia—. Si me permites la sugerencia, como profesora de literatura, yo te podría sugerir cierta gente para que el acto luciese más...
—¡Ah, sí! —se puso en guardia.
—¡Bueno, es solo una sugerencia!
—Ya... Ya... Te entiendo y te escucho con suma atención...
A partir de ese momento “La Élite” comenzó a comerle el tarro a “La Cultura” para que ésta se elevase por arriba de la gente del pueblo, verdaderamente para apartarla de él; pero no consiguió su objetivo, por eso, enfadada, caliente como un macho, porque "La Cultura" tampoco se dejó manipular, ni intimidar, se marchó del acto aventando un aire de superioridad y desde entonces, pactando con todos los grupos de “Élite” de su ciudad, los ocultos y los no ocultos, intenta desprestigiar a aquella atractiva hembra para "El Poder", desde cualquier foro o medio, ¡de forma sutil, claro!, pues de frente se toparían con el pueblo llano, ese al que creen muchos engañar, incluido "La Élite" y aquel nuevo compañero de andadura, "El Desprecio", el níveo caballero conocido en el hermoso acto, fascistas empedernidos, que acusan de no entender de arte, ni de literatura, ni de música, a la gente sencilla.
Reflexión:
¿Por qué será que siempre los grupos de "élite" buscan el amparo del poder establecido?
Alejandro Dieppa León.
Foto de mi álbum personal en la cual me inspiré para escribir este cuento.