Un búho, con sus ojos grandes, de mirada tan penetrante que con ella atravesaba la gélida penumbra de la noche, observaba el sigiloso movimiento de un ratón, sus pasos precavidos y tímidos entre las ramas caídas ese otoño.
—¡En cuanto se despiste, zzassss! —se dijo relamiéndose en su futuro acierto el astuto animal alado.
Llegado el momento oportuno aquel paciente guardián de la noche inició su maniobra de caza habitual: Despliegue sigiloso de alas, caída en ángulo de 45 grados hacia su presa y cuando todo apuntaba a que conseguiría su meta un Lince Ibérico cayó sobre él y le dio muerte.
Moraleja:
¡Cómo es la vida cuando piensas que todo está en orden, llega un inesperado gato y te da un zarpazo!
Alejandro Dieppa León.
Foto encontrada en la red y en la que me inspiré para escribir esta fábula.
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