miércoles, 23 de mayo de 2018

COLUMNA: JUAN FRANCISCO SANTANA DOMÍNGUEZ... EL VALOR DE LA AMISTAD COMO SENTIDO DE VIDA.


Cuando miro al sempiterno horizonte, en una de esas mañanas, como la de hoy, de terso aroma a tibia nostalgia, siento en mi fibra más sensible la dulce melodía de los recuerdos que dibujan en mi agitada memoria figuras, pasajes e infinidad de detalles que me retrotraen a tiempos donde mi Yo más auténtico se contorsionaba con emociones positivas, pétalos de níveos pensamientos ya, que reparan, a fecha actual, las agitadas neuronas de lo cotidiano e invadido por esta fértil cosecha me enfrento a la vida con un nuevo espíritu reforzado, flexible y anudado en el compromiso de dar al prójimo más de lo que éste espera de éste humilde mortal sin exigir contrapartidas a cambio.   

Fruto de esa “fértil cosecha”, o positiva epifanía existencial, lo primero que he hecho esta mañana antes de empezar a entallar esta columna es escribir esta adivinanza, frase y cuento, que a continuación comparto, con todo aquel que se haya acercado a leer estas líneas. A los cuales también les propongo desvelar, meditar y degustar, para sí mismos o de forma compartida, ya sea ésta con buenos amigos o familiares, que es la forma más completa de desgranar buenas experiencias, esta:

$ Adivinanza.

¿Qué se atesora en el cálido tiempo?
Lo llena todo de luz en un momento…
No viste con ropa de doble cara
y se enhebra con sinceros sentimientos.

$ Frase:

Querido hijo…

El valor de la amistad se fortalece cuando la fraternidad ilumina su esencia.

Medita…
$ Y cuento cortito:

El maestro, el Ser Humano y la amistad.

Aquel Ser humano sentía, en lo más hondo de su corazón, que su vida no tenía sentido, que su vacío interior se lo tragaba día a día. Sentía… Que los minutos del infinito tiempo lo tapaban con una manta que, en vez de arroparlo y darle calor, lo ahogaba impidiendo su espontáneo movimiento vital con cada gesto que expresaba. Sí, aquel Ser humano era infeliz, aunque no lo reconocía; pero un día entró en un templo siguiendo un impulso de supervivencia y enhebró lazos de amistad con un maestro que llevaba siglos meditando la condición humana y se dejó influir por su luz: por la verdad de su gesto y verbo. Y el Ser Humano sanó cuando volvió a redescubrir que en la amistad, sincera, se encuentra parte de la felicidad y también comprendió que en los momentos de fraternidad estaba la pieza exacta que cerraba el círculo perfecto de la armonía que había perdido en el camino de su Vida.

Adivinanza, frase y cuento que se entretejen con el mismo hilo argumental: La amistad. Ese matiz de energía que no se te acerca por interés y que se hila como verdadera cuando la adversidad toca a tu puerta. Pedazo de cielo que te arropa sin tu pedírselo, que te acompaña sin tu demandarlo y que te sorprende con hermosos gestos cuando no esperas nada más que el vacío…


Letras que bebieron, sin demostrar sonroja ninguna, del nítido recuerdo de la presentación del libro llamado: “Tobi”, de nuestro profundo escritor, poeta, historiador y antropólogo Juan Francisco Santana Domínguez, que tuvo lugar este pasado martes, 22 de marzo de 2018, en la Real Sociedad Económica de Amigos del País. 

Y letras que se inspiraron en un hombre de mirada penetrantemente aguda que te informa que estás ante una persona culta, inteligente y perseverante en sus convicciones, que no se encoge ni ante la impotencia... Un hombre de palabra escogida, argumentada, no a la ligera, que se viste de silencios cuando la ignorancia agita sus oídos en cualquier clase de terrero donde le toque bregar; para una vez ataviado de los argumentos escogidos agitar el verbo como si del mismo Lope de Vega se tratase… Un hombre de carácter aparentemente severo, en un primer contacto, educado, que es capaz de abrir en canal su corazón ante las personas de trazo humilde como él; pero que se pinta la cara con geométricos dibujos prehispánicos de coherencia cuando se le cierran: La puerta de la razón y se le abre la de la inconsciencia.

Un Ser humano el cual me fue presentado, junto a muchos otros y otras, hace ya muchos años, por David San cuando éste nos pidió participar en el hermoso proyecto de “Sentir la Poesía”, el cual no ha cambiado nada, sino tal vez para mejorar, como el buen vino de barril, diversos matices de su madurez.

Un escritor que antes, durante y posteriormente a y en su presentación se dedicó a agasajar a los presentes en la sala, más que a hablar de sí mismo, a excepción de las varias anécdotas que exhaló, o de su libro, como debería haber hecho, lo cual reafirma mi convencimiento de que para Juan Francisco Santana Domínguez el valor de la amistad da sentido a su vida.



Una presentación que fue amenizada por nuestro también entrañable poeta, de Juncalillo Manuel Díaz –Noble Ser al que conozco desde hace muchos años–, respaldada, muy acertadamente, por Don Ángel Morales García de la editorial Aguere/Idea, argumentada por la magnífica y pormenorizada radiografía que hizo del libro Tobi”, su amigo personal, Don Ramón Díaz Hernández que es Catedrático, Doctor e Investigador, y escenificada por la voz gran parte de los componentes de la asociación Palabra y Verso.

En sencillas palabras una presentación que esbozó, según la trazabilidad de Don Ramón Díaz, lo que se podría catalogar, entre otras muchas afirmaciones académicas, de autobiografía novelada. Una forma de viajar al pasado siempre de la mano de quien ha experimentado las vivencias en primera persona en las que se apoyan los pilares de la novela “Tobi”, que no duda en entrelazar la ficción con la realidad ataviada de un lenguaje exquisito y natural como la vida misma.

Novela de recomendada lectura…





Por un mundo mejor,
por una sociedad más justa.

Adivinanza, frase y cuento de mi serie: Meditando en un templo Shaolin
cuyos derechos de autor son de Alejandro Dieppa León.
Fotos de mi álbum personal.

domingo, 20 de mayo de 2018

COLUMNA: JOSÉ GILBERTO MORENO. DE LA CIENCIA A LA CONCIENCIA HUMANISTA SIN OLVIDAR SUS ORÍGENES AL PREGONAR LAS FIESTAS DE “LA LANA” DE CAIDEROS.


Cada día de nuestra existencia, desde que el sol nace por el este y se pone por el oeste, todo ser humano normal y corriente, como usted, yo y sus sucesores, tanto en esta parte de la historia como en la prehistoria, nos enfrentamos a un sinfín de pruebas donde la causalidad, la casualidad o la suerte, en este último estadio como expondrían otros menos versados en estadísticas académicas, nos ha llevado para que las resolvamos ataviados de cuantos recursos, tanto materiales como inmateriales, tengamos a mano o de los que nos podamos  proveer en el momento justo para tratar de dar una solución práctica o lógica a dichas pruebas.

Pruebas de distinta trazabilidad, que según la famosa pirámide de Maslow, se comienzan a solucionar fortaleciendo las necesidades básicas que están compuestas por las fisiológicas que se expresan, entre otras, con actos tan rutinarios y vitales; pero a la vez tan complejos a nivel celular, como lo es el simple mero hecho de respirar, descansar o alimentarse y por las de seguridad las cuales son afrontadas, de manera activa, dentro de la sociedad donde nos movemos para asegurarnos, entre otras, una buena salud, un buen entorno familiar y un buen empleo.

Dos primeros pisos de la pirámide que nos subrayan que cualquier ser humano de este agitado planeta no podría pretender optar a los tres niveles restantes, afiliación, reconocimiento y autorrealización, de tal arquitectura sin tener bien reforzados y cubiertos los dos primeros y la prueba de todo la tenemos en la infinidad de imágenes espeluznantes que llegan a nuestras retinas de países subdesarrollados a través de la caja que todo lo chiva, a la cual nos volvemos adictos desde temprana edad, o a través de la cada vez más insegura internet, que sin dudarlo nos prostituirá la conciencia a menos que estemos atentos a sus trampas. Pisos de afiliación o sociales y de reconocimiento o de estima que recogen en su ancho regazo también las necesidades psicológicas, entre otras y por orden de piso: Las relaciones de amistad, de afecto y de intimidad sexual. Y las de confianza, respeto, auto-reconocimiento y éxito.

Pisos todos ellos que si logramos superar, asentar y fortalecer en nuestra vida nos llevarán hasta lo más alto de esta estructura piramidal: A su último estadio. Lugar donde se encuentran recogidas las necesidades de autorrealización que comprenden, entre otras, la moralidad, la creatividad, la espontaneidad, la falta de prejuicios, la aceptación de hechos, la resolución de problemas y para mí, perdónenme la licencia, hasta la capacidad de desarrollar el altruismo desde un punto de vista humanista.

Pruebas, en el caso de los retos a superar dentro del ámbito científico, ya sean estos tecnológicos, médicos o de otra índole, que necesitan de individuos, mentes pensantes impregnadas sobre todo de libre pensamiento, que hayan podido fortalecer todos y cada uno de los pisos de la tan mentada y acertada pirámide de Maslow. Ilustrados cada uno en su materia, cada uno en su campo y escalafón, que esta pasada mañana de sábado del día 19 de mayo de 2018, dentro de las V Jornadas Anuales de Doctorado de EDULPGC que tan acertadamente arropó el Museo Elder de la ciencia de Las Palmas de Gran Canaria, tuve el placer de meditar en primera persona, junto a mi esposa, y a posteriori sigo meditando en yotube, recomendación que les hago desde estas líneas; pues no tiene ningún desperdicio todo lo vertido en el cuenco del saber, los cuales me lograron transmitir, tanto de forma individual como colectiva, entre otras emociones y datos de orden científico la certeza de que la sociedad común cuando entramos en contacto con cada uno de los proyectos universitarios que se llevan a cabo en el silencio de su cotidianeidad somos capaces de percibir que el mundo tiene todavía un hálito de esperanza materializado, granito a granito, en todas y cada una de las ideas, propuestas e investigaciones producidas y que además tenemos la facultad de ayudar a los investigadores, con nuestro voto, cuando quitamos de un zarpazo de en medio, por vía democrática no se me asusten, a cuanto político interesado, partidista y mercantilista vete, sistemáticamente, los medios necesarios para que los investigadores puedan hacer ciencia pública y el común de los mortales podamos beneficiarnos de ella sin tener que pagar, lo que debería ser de patrimonio universal, a los grandes intereses de un cartel, trust y holding, además en que se coloquen, en los lugares estratégicos, los no políticos, a los activos humanos que cumplan con los estándares humanistas, académicos y morales que son necesarios, desde mi punto de vista, para coordinar con ética y eficiencia la balanza del conocimiento a favor de la sociedad en general ayudando desde la parte del ángulo que le toca a defender a cuantos alumnos, profesores, doctores y catedráticos deseen tocar en su puerta y reclamar su ayuda en el transcurso de su vida profesional.   

Y he aquí que hemos tenido la suerte de que un hombre de las características dibujadas ocupe el puesto de director del museo Elder. Un hombre que ya ha allanado el camino a muchos, desde hace muchos años, en otros puestos de responsabilidad. Un profesional que no desecha el dialogo, el consenso y el trabajo en equipo para conseguir un bien común o mayor como bien lo ha demostrado al facilitar al Doctorado de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria las instalaciones y medios del museo Elder para que todos los que participaron en las V jornadas: Ya fuere dentro del concurso o fuera de éste. Ya sea este el mismo Catedrático de Física de la Materia Condensada, Pedro Echenique, o como todos y cada uno de los profesores, doctores y catedráticos como por ejemplo: Don Mario Monzón, Don Ernesto Perera, Doña Amelia Rodríguez, Doña Magdalena Santana y Don Luis Serra Majem. Para que todos los que participaron, me repito a conciencia, puedan tener la certeza de que no están luchando solos en este vinoso mar donde sus cóncavas naves navegan debatiéndose en cada periodo concluso si pueden ser víctimas de un naufragio por falta, simplemente, de una política empática. Y que dicha ayuda también puede venir por la labor divulgativa de los museos.

Disertaciones que podemos degustar en el siguiente enlace:

Y V Jornadas que se clausuraron con la intervención del Director del propio museo y que vino a fortalecer en su exposición “El papel de los museos en la divulgación científica” ya que estos pueden conseguir que la ciencia se humanice y una vez humanizada sea de fácil asimilación para todo lego en la materia por la que se interese y esto solamente se puede conseguir con figuras como la de Don José Gilberto Moreno que tiene la capacidad de sin cambiar lo más mínimo su talante, serena sonrisa y sello personal: Cerrar con éxito las V jornadas o pregonar la apertura de la Fiestas de San José o las fiestas de “La Lana” que se celebran en donde aún viven algunos de sus familiares, Caideros de Gáldar.

Un pregón también atípico como lo fue el del acuarelista Juan Martín en Montaña Cardones; pero con el sello peculiar de un hombre que lleva en las venas: un escritor en estado puro, un organizador nato y contador de historias por disfrute personal, que se expresó de la siguiente manera antes de comenzar su pregón al oír hablar tan bien de él a quien le tocaba presentarlo:

“Bueno, Jorge, por un momento pensé que me había muerto.”

Y se guido se ausentó de la tarima para volver de nuevo a ella con una maleta y un balde y entonces comenzó su pregón, claro después de dar las gracias a Jorge por la invitación y presentación y a las autoridades presentes, como según él lo debe hacer un pregonero, dando dos sonoros toques con una cornetilla que sacó de la maleta, y seguido se expresó de la siguiente manera:

“Siempre surge la duda del contenido del relato que te apetece decir cuando te llega una honrosa invitación como esta. De este maravilloso lugar podría contar muchas cosas, su historia, con antecedentes de la fundación del Pago y su ermita, la toponimia del lugar, los Caideros de agua, el antiguo poblado de cuevas, el origen de sus fiestas, las labores de pastoreo y labranza e incluso muchas anécdotas y curiosidades. Hasta que llegó mi hermano y me lo dejó claro, con apuntes en mano me recordó nuestras aventuras y vivencias de infancia. Estoy seguro que mis antecesores habrán hecho alusión a esas crónicas documentales así que lo que a mí me corresponde es venir con mi maleta y contarles mi viaje.”

Y después de dar varias palmadas en el aire prosigue:

“¡Arriba, arriba, hay que levantarse! Dicen que los viajes son recordados por mucho tiempo, cuando vamos de vacaciones, cuando acudimos a la búsqueda de algo, cuando recorremos kilómetros para reunirnos por cuestiones de trabajo, cuando vamos incluso a disfrutar de un evento o un espectáculo, en definitiva, cuando partimos con ilusión y nos traemos un recuerdo de regalo; pero sin duda es el viaje que recibe o busca tus lazos familiares el que suma ese recuerdo, el que transforma ese regalo en sentimiento. En un viaje recordado no solo cuando miras un álbum de fotos o lanzas la memoria, sino que se queda impregnado en el gran viaje de tu vida. Un viaje que se llena de anécdotas, de personas, de emociones y sobre todo del lugar a donde vas y ese es mi viaje el que va unido a un lugar, Caideros.
Soy pregonero, probablemente, por hacer eso que dice la propia palabra: pregonar, divulgar, transmitir a través de la Asociación Cultural Salsipuedes la historia de nuestra tierra canaria donde las tradiciones reviven y perduran también en este lugar, pero este pregón no es mío exclusivo; pues mi vinculación con este pueblo es compartida. Compartida por mi hermano que recogió su forma de vida y es el que ha elegido residir en él, hacer su proyecto de vida en su cueva, acompañada por mi madre y hermana, que nunca falta, heredada por mi mujer y mis hijos para que el legado continúe y sobre todo sentida, emocionada, enraizada por mi padre, el verdadero hijo natural de Caidero.”

Llegados a este punto saca de su maleta un instrumento que asemeja el agua de lluvia y prosigue:

“Era un día de lluvia, con ella empezó este viaje, con él también, en Valerón de arriba donde nació rodeado de sonidos y olores, que según dicen son los que más perduran en el tiempo. No en vano la lluvia, el viento, el valido de las ovejas, el zumbido de las abejas, el cacareo de las gallinas, el gruñido del cochino y de fondo, cada hora, las campanas de la iglesia. Y fue una campana lo que dio lugar a otro viaje.”

Ahora saca de su maleta una campana, la tañe y prosigue:

“Pues fruto de la casualidad al hermano de mi abuela, Lorenzo Agüiar Molina, cura capellán del ejército, que también nació en Valerón de arriba, le tocó el nombramiento de la parroquia de San Ginés, en Arrecife, teniendo que emigrar a Lanzarote llevando en compañía al pequeño varón de aquella casa, a mi padre, y así propiciar estudios: Suerte y fortuna en aquellos tiempos. Caideros partía a tierras volcánicas en un corazón lleno de lava que siempre proyectará calor y sentimientos, que se transformó en piedra de cantería al emprender años más tarde un nuevo viaje a Arucas, por el nuevo traslado del tío clérigo. Lugar de piedra y flor y del paseo de los domingos donde surge el amor que da lugar al encuentro de mis dos progenitores. A partir de ahí, el domingo es día obligado para ir de … para acudir a Caideros. Mis recuerdos de niño se remontan a mi niñez o dicho de otra manera, a cuando no tenía conocimiento ninguno y fundamento menos. La visita a mis abuelos, Vicente y Rafaela, que años más tarde se mudaron a Valerón de abajo fueron el ir y venir de cada semana. Y cómo no y mucho más reciente a mi tía Consuelo, a su marido el tío Elías y a mi única prima Rellita, ya que por parte de mi madre no tengo ni tíos, ni primos, ya que es hija única. ¡Vamos, que en un coche cabríamos todos!

Y en un coche hacíamos el gran viaje de la semana, me trae innumerables añoranzas aquellos que subíamos a visitar a los abuelos y tíos que desde muy temprano salíamos desde la goleta, en Arucas, para recorrer en el “Austín Cambris” de mi padre casi una hora y media de camino, toda la familia, con la ilusión de llegar y pasar el día aquí arriba. Aún no habíamos llegado a Bañaderos y ya estábamos los tres hermanos de perreta: ¿Falta mucho? ¿Ya vamos a llegar? ¿Cuánto falta? Yo creo que con ese guineo desde bañaderos hasta aquí seguro que el primero que tenía ganas de llegar era mi padre, pero para no oírnos. Ya por las curvas del hormiguero la sintonía no paraba: “Ya vamos a llegar… Ya vamos a llegar…” Siempre y después de tantos años hay cosillas que quedan marcadas y grabadas siempre en una de estas idas y venidas. Estando en la cocina de mi tía Consuelo, esperando para comer, un día llegué y donde primero me cuadró me senté y resulta que el asiento se me rodó y me caí tanto yo, como mi banqueta. Todavía me acuerdo.”

Ni corto ni perezoso coge su antiguo asiento lo levanta y continúa expresando:        

“Imagínense mi tamaño.”

Tira el balde que había cogido al suelo y prosigue:

“Resulta que tal asiento era el cacharro de la leche del día, de las ovejas y de la vaca, que estaba en reposo con el cuajo para después hacer el queso. Lo que pasó después mejor ni se lo cuento… Todavía me huelo lleno de leche. Ya se lo imaginarán.

La memoria me lleva a recuerdos inolvidables: Como un paseo con mi abuelo con su escopeta donde me sentí un elegido, el ordeño diarios de las ovejas con mi tío, la algarabía de la matanza del cochino con mi padre vigilante con su puro de los domingos, la mirada de mi madre al verme comer aquel arroz con leche diferente al suyo, el beletén que nos llevábamos en la lechera o la sonrisa que se me quedaba con las pesetas que mi tía madrina me daba en las despedidas.”

De nuevo coge el balde lo golpea y expresa:

“Sonidos…”

Y prosigue:

“En otra ocasión, que también tengo grabado, aunque esta vez yo no tuve nada que ver, pues nos llevamos un gran susto. Fue cuando mi hermana muy sigilosa sube por la loma que está encima de la casa de mis abuelos y se monta, muy campechana, encima de un carnero de cuernos enroscados, asiéndose creer que estaba encima de una moto, su sueño, y muy derecha a ella agarrándose de los cuernos como si de un manillar se tratara duró en el carnero hasta casi el cruce de Lucena y por suerte el carnero no la tiró y todo quedó en un susto. Lo que pasó después cuando llegó donde estaba mi madre mejor que tampoco se los cuente... Ya a la vuelta iba más tranquila… Después de estar todo el día correteando por esos lomos de Valerón y hacer las pertinentes visitas a …. “La pecosa”, en Valerón, y a Isabelita, la hermana de mi tío Elías, en Lucena, guardábamos un tiempo para visitar y merendar en la casa de “Bebita” y “Mastro” Pedro donde las poesías y una pieza de piano eran una despedida ideal llenas de historias, dulzura, consejos y refranes.

Probablemente esos relatos de nuestro viejo primo, el sacristán, y siempre querido por este pueblo, Don Pedro Agüiar Molina, se enraizaron en mi memoria con sus palabras: “La gente deja que las tradiciones se pierdan y esas ya no vuelven y también se irán los que pueden contarlas.”, decía. No es casual que ese pensamiento que comparto y tratamos de mantener vivo con la labor que hacemos, muchas personas, desde la Asociación Etnográfica Salsipuedes se refleje con ímpetu en Caideros. Bandera del rescate y mantener viva nuestra reciente, sus costumbres y tradiciones, los valores de nuestra identidad canaria que han hecho que estas sean ya todo un referente en todo el archipiélago. El regreso a Arucas llegaba con la puesta de sol y piensen y piensen en una imagen más lógica, ya veníamos los tres durmiendo en el coche, sin dar la lata y sin guineo ninguno, a excepción del carrusel deportivo que mi padre sintonizaba en la radio para oír en directo todo los partidos del domingo y despertarnos con el grito de GOOOL cuando antes marcaba la Unión Deportiva Las Palmas. De estos recuerdos infantiles ya ha llovido mucho, ya han cambiado muchas cosas, mis abuelos fallecieron, mi tía Consuelo y Elías también y mi única prima se mudó a San Isidro. Aunque estuve tiempo sin rondar estos parajes hace unos años que he vuelto a frecuentar por estos andurriales, ahora a la gallanía de mi abuelo convertida en casa cueva, cuando mi hermano Fermín me invita a comer. Pero eso sí ahora cuando estoy en la cocina esperando para comer esta vez me siento en una silla. Todo va cambiando y nada vuelve a ser como antaño y solo queda la satisfacción de los buenos ratos vividos, de los que aún me quedan por disfrutar en este pueblo. Recuerdo como mi sentir canario cogía aún más fuerza por no entender como no llegaba la luz de mis tíos, de mis abuelos, por una decisión que debía de venir desde tan lejos, de Madrid. Desde tan lejos no saben lo que es vivir sin electrodomésticos, con un motor de manivela para ver la televisión solo una o dos horas por la noche, lo difícil que era moverse del lugar, los meses de trashumancia o la subsistencia con los productos de la tierra o la venta de los quesos más artesanales que en ningún otro sitio, aunque en un tiempo hubiera que ahuyentar a algún inspector con escopeta en la mano; pero los cambios se producen el camino es mucho más corto e incluso me he dado cuenta que estos últimos meses están ensanchando la carretera desde la … hasta aquí. Ya prácticamente todos los vecinos tienen luz y dejaron atrás la incómoda tarea de poner en marcha aquel motor. También he de destacar la oficina municipal para servicios de trámites de cualquier vecino sin tener que desplazarse a Gáldar e incluso en estos últimos días la oportunidad de que cualquiera pueda tener acceso a la línea ADSL y a pesar de todos estos cambios que nos hace la vida más cómoda no puedo dejar de elogiar a Caideros por el trabajo diario de sus gentes dedicada toda una vida a las labores de agricultura y ganadería, a esos ovejeros que de lunes a lunes, haga frío o haga calor, se dejan sus años en esas lomas para alimentar a su ganado. Elogiar también a esos pastores jóvenes que han decidido continuar con las labores de sus padres y así hacer que Caideros se siga oyendo en todo el archipiélago y fuera de él por ser considerada, entre otras cosas, la zona de mayor reconocimiento de quesos a nivel nacional e internacional.”

Llegados a este punto saca de la maleta un cencerro lo agita y da las gracias a la Asociación Cultural y Vecinal Montaña del Agua la invitación y el compromiso de colaborar en las fiestas de “La Lana”.



Una vez terminado el pregón sonó la música ambientada en los años 60 a cargo del grupo musical “Los Sixty” y finalizada su actuación se comió, bebió a cuenta de una asociación de vecinos cuyos componentes se desvivieron en atenciones con los que se había desplazado hasta allí.

No me gustaría cerrar esta líneas sin dejar de mencionar, esta vez, a Lili y Tomás, con los que mantuve una charla llena de luz y matices gratificantes para el alma.

¡Ah!, y a ti, Ninfa, infinitas gracias también por atenderme cada vez que te llamo para salir de dudas sobre alguna cuestión sobre lo que escribo.

Alejandro Dieppa León.
Por un mundo mejor,
por una sociedad más justa.

Fotos de mi álbum personal.        

miércoles, 16 de mayo de 2018

COLUMNA: JUAN MARTÍN. UN PREGÓN IMPREGNADO CON LA PERSONALIDAD DE LA ACUARELA EN MONTAÑA CARDONES, ARUCAS.


En esta época de la historia de la humanidad que nos ha tocado vivir, estoy seguro que estarán de acuerdo conmigo en la siguiente afirmación que seguido les expongo, por eso no tengo temor, ni duda, al expresarla, existen variados tipos de seres humanos ataviados de distintos trazos de personalidad que se forjan en disímiles periodos de coexistencia, a duros golpes de martillo sobre yunque dentro de la variopinta cantidad de fraguas, lugares físicos, a las que hemos llegado, por simple casualidad o circunstancias; para que el fuego, elemento que ablanda la masa emocional, y el agua, elemento que la tiempla de forma sorpresiva, nos pongan a prueba con la intención de meditar, ataviados de efímera paciencia, en el transcurso del tiempo, si somos lo suficientemente fuertes de espíritu para afrontar nuestra existencia con dignidad, valores y principios. Fraguas del Ser que se encuentran esparcidas por toda la orografía del taller de vida, globo terráqueo por donde nos movemos en cuasi armonía con el medio que nos rodea, donde esculpimos, día a día, meditando los golpes de martillo sobre la cabeza de cincel que damos, la piedra bruta que somos y la piedra cúbica en la que deseamos transformarnos para cuando llegue el momento de abandonar este mundo nos marchemos de él satisfechos del aprovechamiento del espacio-tiempo que nos tocó trabajar.

Espacio-tiempo que este pasado, 15 de mayo de 2018, dentro de la iglesia de Montaña Cardones, Arucas, se me mostró lúcido justo cuando el párroco, Don Ambrosio, en el transcurso de la pequeña homilía dada durante la Santa Misa ofrendada a San Isidro Labrador, tomando como ejemplo la vida de este Santo, nos invitó a reflexionar, a través de los pequeños trazos de personalidad extraídos de su ejemplar biografía, sobre que es la santidad en sí misma y dónde se encuentra ésta en el taller de vida por el que transitamos y para ello nos invitó a entrar en la fragua de nuestra conciencia y a pequeños golpes de martillo sobre yunque esculpió la verdad de la sencillez ataviado de la razón en la palabra dada. Eco que resonó en mis tímpanos hasta el final de la misa, momento en el cual la iglesia se vistió de los elementos necesarios para que el pintor, acuarelista, y sin dudarlo caleidoscópico Juan Martín, hijo natural de cardones, se preparara para dar el pregón al cual nos había invitado a mí y a mi esposa, como también a muchos de los allí presentes, sin obviar que Cardones se me muestra, y no es la primera vez que asisto a uno de sus actos festivos para afirmarlo –recuerdo el año que acompañamos a Felipe Juan, esposa e hijo en una de sus actividades–, como una comunidad muy solidaria y comprometida, certifico que la iglesia estaba a reventar, con sus tradiciones e hijos que ha parido en distintos periodos de la historia, tanto sean éstos humildes de espíritu y procedencia como San Isidro o enfáticos y abnegados en sus trayectorias profesionales como cualquiera de los allí presentes .


Espacio-tiempo que cuando todo estuvo preparado para que el pregonero se pronunciara en plena libertar, consigna expresada por los integrantes del comité de fiestas, a los cuales felicito desde estas francas líneas, se me mostró: Conmovedor cuando la entrecortada voz del orador, en distintos periodos de su preámbulo, al recordar la esencia materna y la visión, futurista, de su maestro José Luis Marrero, se emocionó con aplaudidos instantes de silencio. Ameno cuando, el hijo natural de Cardones, Juan Martín, enhebró en el telar del recuerdo anécdotas, una de ellas referente a la particularidad de que fue bautizado dos veces, gratificantes a los oídos de los que asistimos a este pregón atípico; pero entrañable. Sorprendente cuando, como si de un prestidigitador se tratase, el acuarelista, se saca del bolsillo izquierdo de su chaqueta uno de sus pinceles, lo esgrime como si de una pluma mágica se tratara y con mirada firme se dirige a los asistentes y les expone con toda sencillez: “Yo me expreso mejor con el pincel que con la palabra”; sin obviar el cambio de giro, espectacular, cuando el pregonero se aparta del atril donde su oratoria se debatía entre la emoción y la responsabilidad y recoge de una parte de la iglesia todos sus útiles de pintura los extiende, como si de la calle se tratase, y comienza a pintar una acuarela con trazo firme, exhalando todo su arte con escogidos toques de verde, marrones, etc, sobre una esquematizada Montaña de Cardones acompañado de las melodías interpretadas por dos músicos, uno al timple, Luís Suárez, y otro a la guitarra, Manolo Pérez, magníficos músicos e hijos los dos también como él, de Cardones, a los cuales se les unió una voz muy de la tierra, la de Davinia Padrón como ella subrayó, que supieron amenizar el proceso creativo-pictórico en directo de un cuadro que al finalizarse expresó toda la esencia llena de humildad de un paraje de nuestra isla Gran Canaria que el tiempo va forjando con el calor que se desprende de los rayos de nuestro sol y templando con el agua de lluvia caída para producir seres humanos de una sencillez notable como la de Juan Martín que abofetea la arrogancia de todo aquel que se adorna con este harapo de la personalidad humana.



Sinceramente debo sintetizar, para ya finalizar esta columna, que nos pasamos un tiempo, no puedo precisar cuánto; pues este se paró para mí y mi esposa, gratificante que pintó, aleteando suaves trazos de pincel sobre lienzo en mi pinacoteca mental, un gratificante recuerdo de un pregón, que aunque atípico en su exposición, se revela como creativo y precursor de una nueva forma y fórmula de entender y expresar los pregones.













 Alejandro Dieppa León.
Por un mundo mejor,
por una sociedad más justa.
Fotos de mi álbum personal.

viernes, 11 de mayo de 2018

COLUMNA: FELIPE JUAN. LA PINTURA Y LA PALABRA COMO VÍA DE COMUNICACIÓN EN CUADROFRASES III.


Todo ser humano, parido por mujer, muestra su primer signo de comunicación con los que le rodean exhalando un intenso llanto que les viene a decir, a groso modo, a todo los presentes en el paritorio, ya sea éste, una pomposa sala de hospital, el cuarto de matrimonio de una casa o cualquier humilde lugar donde se dé a luz: “¡Qué estoy vivo!”, “Aquí estoy yo...” o “Coño, dejadme en paz de una vez.”, en este último caso los que ya subrayan la chulería como expresión vital; pero, siendo más acertado, para evitar el inevitable comentario, me inclino ante la luz de la razón y rectifico al decir que no todos llegamos a este mundo anunciando nuestra presencia de manera tan ruidosa, porque algunos llegamos tan cansaditos que tenemos que ser estimulados con una generosa palmada en el culete para que saquemos de nuestro escaso banco de impulsos un poquito más de energía que sea capaz de apretar, con fuerza, nuestra masa pulmonar, comprimir el aire que ya tengamos almacenado en nuestros pulmones y una vez propulsado, éste hálito de vida, por la tráquea hasta las cuerdas bocales hagamos que éstas vibren el tiempo suficiente para lanzar el mensaje, sobre todo a la que nos ha parido con dolor, de que todo va bien; porque las hembras de la especie humana no se van a relajar del todo hasta no escuchar la quebrada voz de su hijo o hija.

Sí, este se podría afirmar que es nuestro primer gesto de comunicación con todos aquellos que nos rodean. Pero las semanas van pasando y nuestros progenitores, abuelos y vecinos demandan de nuestros hijos algo más que llantos, por eso, los primeros y los segundos, empiezan a instruirlos en el arte de la comunicación verbal con un lenguaje al que tacho de surrealista, lenguaje, debo entonar justo en este punto el mea culpa, que yo también empleé con mi hijo, lleno de:

“ajooos”, “Tras, Tras”, “Cuchicuchis”, “bruuus”, etc.

que lo único que consigue es idiotizar a nuestros pequeños, ya que con esta praxis subestimamos su capacidad de aprendizaje.

Lenguaje surrealista que pasado los meses vamos normalizando con un: Papá, Mamá… aunque entre medio todavía se nos escape un “Tras, tras” o un “Ajó a mamá o a papá”.

Locuciones que mantienen a nuestros hijos en la inopia hasta que, de golpe y porrazo, para quitárnoslos de encima, los ponemos frente a la televisión, sentaditos en el carrito, tapaditos con una manta, y le enchufamos una película de la factoría de Walt Disney, que viene a suplir o complementar, esto dependerá de lo padres que seamos, la función de educar a nuestros menores en el lenguaje con las coloridas imágenes y narración de la película elegida.

¡Ah, y pobre de los que se eduquen viendo a Shin-chan o a todos aquellos dibujos animados que no tienen ni pie, ni cabeza, educativa!

Más el tiempo pasa y pasa dejando en nuestro banco de memoria muchas experiencias, malas y buenas, en gran parte de la vida infantil de nuestros pequeños; pues ya llega la hora de entrar en el colegio donde tienen que comunicarse con otros pequeños que llegan al centro igual de perdidos que ellos. Y es aquí que pasan los años y en el transcurso de éstos muchos de nuestros hijos apuntan maneras en la comunicación de tipo cultural, ya sea esta verbal o no verbal; pues empiezan a sentir inquietudes por todo aquello que les reconforta el espíritu aunque, por vergüenza o por no reforzar estas inquietudes, se quedan en su banco de memoria hasta que llega el día que las retoman y son capaces de expresar con ellas sentimientos y emociones que al que no ha elegido nada más que el camino de visualizarlas o escucharlas lo transportan a mundos que la cotidianeidad niega por sistema.

Menores que el tiempo ha elegido para comunicarse de múltiples formas y no solamente con la palabra, sino mediante cualquier matiz cultural con el que su ser se identifica. Pudiendo ser éstos la escritura, la pintura, la música, la escultura, la danza, la interpretación teatral, etc…

Matices, en este caso dos, la pintura y la palabra, escrita y verbal, con los que ayer, día 10 de mayo, en el Teatro Juan Ramón Jiménez de la ciudad de Telde, se expresó: Felipe Juan Pérez Reyes, como creador de esta recomendable, interesante, humanista, colorida, divertida y gratificante a la vista y al alma, propuesta pictórica titulada: “Cuadrofrases III”. José Sosaque también es director de una escuela de pintura en Telde que lleva su nombre “José Sosa Serván”, además de coordinador de distintos proyectos–,  como presentador de la exposición, con un verbo medido, conocedor de la materia, rico en matices y sobre todo humilde en la exposición. Y también se expresaron, con sus variados textos, todos y cada uno de los escritores, poetas, que acompañan a Felipe Juan en esta travesía, cito sus nombres:


Juan Pérez Santana. Alejandro Dieppa León. Zulia García Parra. Cali González Cabrera. Margarita Ojeda García. Manuel Díaz García. María Celestina Molina Díaz. Carmen Reyes Cardona. Rubén Mettini. Rafael Galván Hernández. Paqui Puriños. Esteban Rodríguez García. Antonio Cerpa. Josefa Molina. Carmelo Germán González Cerpa. Juan Francisco Santana Domínguez. Agustín Carlos Barruz. Ina Molina. Ana Jaraba. Irma Ariola Medina. Y Gloria Ayala Barrera.

Personas del mundo de la cultura que hablan dentro de “Cuadrofrases III”, con identidad propia, en plena libertad, sin cortes, ni censura, y con ello pueden abrir caminos, tender puentes y edificar templos donde entrelazar nudos de unión fraternales los unos con los otros y con todo aquel que visualice y medite esta exposición.



Dar las gracias a todos con los que tuve el placer de intercambiar lazos verbales: Mapi Jerez del Frida Kahlo, Carmen, Pino, etc, antes de dar y  al dar por finalizada la apertura oficial de esta exposición, en especial a los escritores Adolfo y Juan Francisco por nuestra amena e interesante charla sobre filosofía, mayéutica socrática, que me sirvió para cargar las pilas, emanada de la energía que provenía de los cuadros. Sin olvidar la conversación mantenida con Felipe Juan y Juan Sosa, éste último, el cual se me manifestó como un auténtico amante del mundo cultural, un ser necesario en este mar; pues vive la cultura como bebe el agua para saciar su sed.




Y también dar las gracias a la Concejalía de Cultura de Telde, a su gestor, Jesús, en especial, por dar voz a esta exposición que recomiendo visitar y meditar en solitario; pues es en este tramo donde podrán empaparse de todo lo bueno y hermoso que irradia y comunica.

























 



 


Alejandro Dieppa León.
Por un mundo mejor,
Por una sociedad más justa.

Fotos de mi álbum personal.