Estarán de acuerdo
conmigo que la comedia, dentro del teatro, es un género que cultiva textos
cómicos con escenas de corte cotidiano: diáfanas y jocosas que tejen, de manera
sencilla, un final feliz dentro de su trama navegando en la sana intención, por
parte del autor de la obra y actores de la misma, de que el público asistente a
la representación alcance la plena felicidad a través del masaje cardiaco que les
proporciona la risa causada en cada acto escénico.
Estas obras
teatrales, en tiempos pasados, principios del siglo XVI (El bien llamado: “siglo
de oro de las letras” en nuestro país), se representaron en lo que, con el
tiempo, llegó a conocerse como: “Corral de Comedias”. Un Corral de Comedias cuya
estructura arquitectónica (dejada atrás la semicircular de los teatros griegos,
como la del “Teatro de Epidiauro” y romanos, como la del “Teatro de Mérida”) venía
a ser, a groso modo, la de la cuadrícula de los patios interiores de posadas o
casas de gentes no hidalgas (con el tiempo se amplió la cuadrícula a la de un
grupo de casas) dentro de las cuales se escogía una pared (seguro: la más
resguardada y la de mejor acústica), la del fondo, y se levantaba un escenario
para representar la comedia (es obligatorio destacar que las gentes de esta
época entendían como “comedias”: Al drama, la tragedia y a la comedia en sí
misma); quedando los tres lados restantes y el patio para que el público
asistente se posicionase según la arquitectura social de la época: Los menos
pudientes, en pié, en el patio y los adinerados sumada a éstos la nobleza y el clero,
en los altos de los tres lados restantes del perímetro de la posada, casa o
cuadrícula interior de un conjunto de casas elegidas para representar la obra
teatral. Ejemplos en España de estos lugares son: El Corral de comedias de
Almagro (conserva su esencia) y el Corral de Comedias de Alcalá de Henares (ya
convertido en teatro).
¡Qué siglo en lo referente a las
letras!
Un gran siglo donde las
obras de teatro evolucionaron a lo que es la representación teatral actual
gracias a las magistrales plumas, entre otras, del Gran Lope de Vega (reconozco
mi debilidad por este maestro de la palabra escrita), de Pedro Calderón de la
Barca y de Tirso de Molina…
¡Cuanto no daríamos!,
los adictos al mundo del teatro (dentro y fuera de España), por poder haber
asistido a una representación teatral, en un Corral de Comedias de aquella
época, de una de las obras de estos autores: Aunque fuera en pié… O disfrutarla
en el Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro: En su Corral de
Comedias. Pero, como el viajar al pasado no es posible y el viajar al Festival
de Teatro es una empresa ardua complicada gracias a la crisis que nos azota en
este agitado periodo de tiempo, la vida, caprichosa en sus múltiples giros, me
hizo un hermoso regalo este pasado sábado, 26 de julio del 2013:
El poder pisar un auténtico
Corral de Comedias.
Sí, querido lector,
no se lo tome a broma, Yo estuve en uno que guarda la esencia primigenia de
estos espacios dedicados a la Cultura, a la cultura sencilla que emana del
pueblo y que solamente el pueblo puede entender y disfrutar; pues asiste a él libre
de elitismos estereotipados…
Les aclaro que cuando
fui invitado, a través de facebook, a la obra de teatro, titulada: “Acampada en
la presa”, en el local Cultural que Salsipuedes ha abierto en Arucas (recomiendo su
visita, como ya lo han hecho muchos colegios y particulares, para disfrutar de
sus tesoros. No desvelaré nada para conservar la sorpresa), dentro de su barrio
antiguo, en la calle Suárez Franchy, nº 5, junto al lado del Teatro-Cine
Rosales, pensé que iba a encontrarme un local social al uso y lo que me encontré
fue lo que yo califico como: Un Corral de Comedias del siglo XXI en toda regla;
pues guarda la arquitectura base ya dibujada en esta columna: Un patio casi
cuadricular, donde uno de sus lados se ha transformado en escenario; otro, el
de la izquierda, según la posición del espectador, colinda con un casino de
fachada y edificación no conclusa; y el resto lo forman las estructuras de dos
edificios donde uno de ellos acoge en su parte más baja el magnífico museo vivo
que la Asociación Cultural Salsipuedes muestra al público que quiera visitarlo.
Una obra, “Acampada
en la presa”, fiel al género de la comedia, entretenida y divertida, escrita
por el director de Salsipuedes José Moreno e interpretada por un escogido
plantel de actores pertenecientes a la asociación que dibujaron con sus dotes
interpretativas (fieles a su línea) el perfil escénico del personaje que les
tocó en suerte interpretar: Personajes como Floro, Chema, la dueña de la
agencia de acampadas, Alaska, Heidi, Dora, Nancy, Marina, etc.…
Aventura cómica donde
Floro (piedra angular alrededor del cual gira el resto de personajes), un “panarrio”
en toda regla; pero al mismo tiempo un ser de alma limpia, que comienza cuando éste
se lamenta, durante una partida de cartas, de no conseguir novia después de la
muerte de su esposa (con la cual solamente estuvo un día casado), a lo que su
gran amigo Chema, un aruquense que ha tenido la fortuna o infortunio, según se
mire, de casarse varias veces a lo largo de su vida, le aconseja el ir a una
agencia que organiza acampadas para emparejar solteros en La presa del pinto
(Primer embalse de las siete islas canarias).
Floro acepta y va a
la entrevista de la agencia acompañado por Chema y en la citada reunión la
dueña le informa, además de lanzarle un piropo, con detalle: del lugar exacto
donde será la acampada y número de candidatas a futura novia. Un grupo de
candidatas especiales entre las que se encuentran: Una “heavy” bebedora de cerveza.
Una mujer afectada de bipolaridad y doble personalidad. Una bióloga, ex-scouts,
sabelotodo, obsesionada por la naturaleza. Una “pija” que ha pasado toda su
vida de centro comercial en centro comercial y la última es una casa fortunas
en paro…
En definitiva una
hora y media de teatro que se difuminó entre las carcajadas de los asistentes
que al finalizar la obra salieron con sabor a poco… Pues cuando un espectáculo
es bueno, de calidad, siempre nos queda las ganas de más o repetir…
Mi enhorabuena nuevamente
a todos los componentes de la Asociación Cultural Salsipuedes de Arucas, por
vuestra desinteresada apuesta por la Cultura bien entendida; sin dudarlo os
habéis convertido en un ejemplo viviente, que demuestra una vez más que la
Cultura bien cernida crea un campo fértil del cual comen los hambrientos…
Tenéis mi respeto y
mi admiración, como el de miles de canarios que disfrutan con vuestras apuestas.
Alejandro Dieppa León.