domingo, 29 de noviembre de 2009

EN PLENO SIGLO XXI LAS MAGUADAS REZÁN A ACORÁN PARA PERPETUAR SU LEGADO

Desde tiempos milenarios, cuando aún las religiones monoteístas no eran más que un mero sueño en la mente de algunos visionarios místicos de la época, tal vez, alguno de ellos, permítanme el término, un poco misógino en la forma de relacionarse con sus congéneres del sexo opuesto, existían mujeres dedicadas en cuerpo y alma a los cultos sagrados, respetadas y veneradas, que en la isla de Gran Canaria, Tamarán, se las conocía con el nombre de:

Maguadas: “En Gran Canaria los faycanes eran los sacerdotes encargados de ofrecer los sacrificios y las maguadas constituían una especie de comunidad de vírgenes, consagradas también al culto, con una intervención muy activa en las rogativas por la lluvia, ocasión en la que bajaban hasta el mar y lo apaleaban con varas y ramas (Actual fiesta de la rama en Agaete)”, según cita (MZ.20) recogida en el Gran diccionario de lengua guanche.

Harimaguadas: Según `La comedia del recibimiento de 1587´ recogida en el Gran diccionario de lengua guanche.
Fijarse en este detalle: (Hari-maguadas).

Arimaguadas: “Nombre común de las sacerdotisas que vivían en los conventos o `cenobios´ dedicadas a prácticas religiosas y a la enseñanza de las mujeres jóvenes”, según cita (CAL.107) del Gran diccionario de lengua guanche.
Fijarse en este detalle: (Ari-maguadas).

Magadas: “Vírgenes o vestales” según Abreu Galindo, cita (WW.233) del Gran diccionario de lengua guanche.

Sea como fuere, de todo lo expuesto y ampliando detalles en las fuentes escritas: Fr. J. de Abreu Galindo, Sabin Berthelot, Leonardo Torriani... se deduce que estas mujeres ejercían una cierta influencia de poder dentro de la población en la cual les tocó vivir, dentro de este matriarcado Gran Canario; pues la línea sucesoria fiable, y legitima, era la femenina, ratificando su posición dentro de esta sociedad relacionándose a distintos niveles, ya sea el puramente religioso o muchos otros añadidos, más cotidianos, no documentados, siendo éstas como una especie de monjas de nuestra época actual: “Mujeres pertenecientes a una comunidad de orden religioso, moradoras de un convento, sometidas a votos de pobreza castidad y obediencia, jerarquizadas y entregadas a la vida: contemplativa, caritativa, docente o curativa” o viajando al mundo romano, como una especie de vestales: “Sacerdotisas adoradoras de la diosa Vesta, en un principio cuatro, más tarde seis, elegidas por el Pontifex Maximus, entre jóvenes de 6 a 10 años, sin defectos físicos o psíquicos, obligadas a guardar votos de castidad y servicio durante treinta años: diez aprendiendo, diez desempeñando funciones en el santuario y otros diez enseñando”. Seguramente estas antepasadas nuestras tendrían de todas las nombradas un poco y un mucho de otras cosas no constatadas aún por la arqueología o por los cronistas de la época...

Maguadas (Así nombradas en el magnífico artículo escrito por el prestigioso periodista Gaumet Florido, este pasado lunes 17 de agosto de 2009 en el “Canarias 7”, el cual recomiendo leer) que vivían en `cenobios´, o si lo prefieren conventos, pudiendo ser uno de ellos el yacimiento de Cuatro Puertas, siempre según los postulados del restaurador arqueológico entrevistado en el artículo D. Francisco Peinado, el cual nos detalla el porqué de esta afirmación, hipótesis nada nueva, resaltando que, cito: “Una clave está en la visión del sol naciente” o otra al azar, más sencilla, pero no con menos peso específico, cito: “Ya se lo dijo un pastor a finales del siglo XIX a Chil y Naranjo, uno de los fundadores del Museo Canario: «Me dijeron que aquel sitio era en tiempos de los canarios habitación de gente santa» ”.

Santuario constituido, siempre siguiendo el mapa de uno de los recuadros explicativos del yacimiento: Por la tan nombrada `Cueva de Cuatro Puertas´, ¡por eso...!, por tener literalmente cuatro entradas, de uso no definido, la cual, hacia el exterior se presume techada, fíjense en los agujeros del suelo si la visitan... Un `almogarén´, recinto o habitáculo con sentido religioso, con grabados muy interesantes, justo en la cúspide de la montaña, donde se llevarían a cabo, es de suponer, distintos rituales, los imagino: A Acorán (Dios), a Magec (El sol), a la luna, a los elementos, a los muertos... De noche, bajo un firmamento tachonado de fulgurantes estrellas, al calor del fuego... De día acariciadas por el caprichoso y constante viento... y siguiendo la ruta del plano, llegamos a la `Cueva de los papeles´, seguramente dormitorio, por la pequeña oquedad a la izquierda de su entrada, por tener una única puerta de acceso... Y finalizando la ruta, por un pasadizo a la vertiginosa, escarpada y nada segura, por los posibles desprendimientos, `Cueva de los pilares´.

Yacimiento que decidí, después de darle vueltas al artículo de Gaumet, visitar una vez más en mi vida, esta vez junto a mi hijo Aridane: Con respeto, que es como se debe visitar un yacimiento arqueológico, no tocando lo no tocable, no alterando el entorno, véanse fotos ilustrativas al pie, pues dentro se ha pintando, dibujando o grabando en las paredes sin sentidos que no nos benefician, ni nos identifican... Por eso me permito, con el permiso de los lectores, sugerirles a tales individuos, pues se me antoja que estas tonterías fueron realizadas por más de uno, formar parte de algún colectivo defensor de esta cultura cada vez más asumida... Para luchar todos unidos enarbolando la bandera del conocimiento pleno de causa, ¡después de haber leído cuanto sea necesario, claro! aprendiendo de los que realmente saben del tema: Historiadores, Arqueólogos, Cronistas... Para formarse y así perpetuar el legado de estas mujeres, de estas matriarcas del mundo mágico, sacerdotisas custodias de un pueblo que vivió, padeció, pero no desapareció, pues sus genes aún hoy forman parte de nosotros, en mayor o menor medida...

Y para terminar permítanme tres cosas:

La primera es denunciar el estado de abandono de este lugar, para que nuestro pueblo le tire de las orejas a quien le competa, Patrimonio, por desidia, Ayuntamiento por no ejercer presión para que esto se acabe, etc. y lo pongan en condiciones, sacando gente del paro, por ejemplo, o dándole la oportunidad a jóvenes estudiantes universitarios de historia, y arqueología, de participar en un trabajo de restauración dentro de este, podría ser, emblema de nuestro patrimonio; además de poner un portero encargado de abrir y cerrar el yacimiento en unas horas determinadas, sacado del paro, insisto; después de arreglar la puerta de entrada, de limpiar las pintadas, los restos de excrementos de paloma, de restaurar las escaleras casi en ruinas y construir una, a fecha actual inexistente, vía segura de acceso a la cada vez más peligrosa `Cueva de los pilares´...

La segunda sugerir la visualización de un montaje fotográfico que he realizado sobre el yacimiento...

Y la tercera, una vez más, y no será la última, reclamar un museo de sitio, de iguales dimensiones, o mayores, que el de Gáldar, para este privilegiado lugar de nuestra historia, como de otros dentro de nuestro Faycanato... Me repito, museo que daría trabajo directa o indirectamente, como el de Gáldar, a muchas personas en paro, que potenciaría un turismo cultural siguiendo una ruta arqueológica por toda la isla, que daría una imagen nítida de quienes somos, de quienes fuimos, de quienes queremos ser cuando enarbolamos la bandera del respeto y la pluralidad bien entendida, sin sentir vergüenza por defender nuestro legado, sin partidismos, ni pretensiones separatistas de tiros en la nuca; pues hablamos de pura y simple cultura, la nuestra y de la de todo aquel que la respete y la defienda.


Fotografía y vídeo de mi álbum personal.