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domingo, 26 de diciembre de 2010

GRAN CANARIA, ARUCAS: UNA HORA EN EL PAIS DE LA FANTASÍA NAVIDEÑA.

Este pasado jueves 23 de diciembre en la casa Museo Gourié de Arucas en una de sus salas habilitadas para que el mundo cultural se exprese en libertad la Asociación Cultural Salsipuedes representada, esta vez, por José Gilberto Moreno, MAGNÍFICO NARRADOR, transformado en juglar del siglo veintiuno, Luís Batista, EXTRAORDINADIO GUITARRISTA, y un variopinto grupo de ACTORES pertenecientes también a este colectivo que logra con todas y cada una de sus propuestas coronar el laurel de la cultura con mucha diferencia, consiguieron, a partir de las 8:35 de la noche, distorsionar la actual realidad, (cotidiana andadura por ese angosto camino lleno de duras veredas para cualquier serenidad y profundas gargantas que ahogan los sentimientos puros de la estabilidad emocional), con un escenario que consiguió crear una atmósfera especial a través de un sencillo decorado – no por este aspecto desdeñable – ataviado de detalles (unos ositos, símbolo inequívoco de la ternura; una caja de colores – rojo y blanca –, símbolo de la sorpresa buena, podría ser perfectamente el verdadero espíritu navideño; un xilófono, instrumento que marcaba con su musicalidad el tiempo transcurrido; una pandereta, que nos recordó, con su jovial sonido, que es navidad; un candil, con una vela encendida dentro, el cual nos guió en el paso de la realidad a la fantasía escénica y muchos detalles más que salieron a escena en su justo momento), sí, detalles todos ellos escogidos, simbólicos, que sumados a una luz nebulosa, difusa, logró pintar una atmósfera especial donde los allí presentes: niños y mayores fuimos abstraídos, casi sin darnos cuenta, al mundo del cuento navideño. Narraciones que fueron capaces de conseguir que una hora pareciera un minuto y los minutos en esa hora vivida se transformasen en sesenta instantes de plena felicidad; pues no lo duden si los niños disfrutaron los mayores también.

¿Se han preguntado alguna vez el por qué los perros no tienen rey aún? Pues con un cuento dedicado a este aspecto de nuestros compañeros, ya desde hace milenios inseparables y venerados, los canes, comenzó su travesía en el verbo sereno, diáfano, nuestro, permítanme otra vez la licencia, juglar, narrador, José Gilberto Moreno, acompañado por una escogida pieza de guitarra tocada por Luís Batista, dualidad macerada en un buen tamiz que dio como fruto una conjunción sonora acertada y practicada a lo largo de todo el acto.

Después de esta narración, bien escogido cuento para captar la atención, del ya atento público asistente, muy numeroso por cierto, el inolvidable Hans Christian Andersen, 1805-1875, “con el cuento por excelencia de navidad”, según indicó el narrador, “la vendedora de fósforos”, puso en el marco escénico la primera intervención de los actores y actrices.

Los acordes de la guitarra, coquetos, juguetones en la melosa melodía, introdujeron, con rítmica marcha, los deseos de un hombre bueno, tercer cuento de esta mixtura de propuestas y permítanme este inciso, uno de los muchos que existen en este mundo, que son mayoría, no lo duden, aunque no escuchemos sus pasos, ni el latir de sus corazones, O sea… los nuestros, “un hombre que deseaba que las navidades fuesen diferentes”, remarcó el narrador, ¡Ay, las navidades, cuánto han cambiado desde que aquel niñito nació en Belén!...

Aplausos una vez más, fuertes, potentes…

La canción de navidad de Louis Armstrong, acorde a acorde, anunció el recorrido de un pastor muy especial, uno disminuido físicamente, cuya fe en el Mecías curó su mal cuando entregó su muleta al Mecías. Santa Verdad, cuando hay esperanza, la línea del horizonte se perfila nítida…

¿Por qué aquella joven empaquetaba besos en una caja? ¿Por qué su padre se enfadó con ella antes de conocer el contenido de su regalo? ¿Por qué la perdonó después? ¿Por qué la gente no intentamos comprender primero y actuar un poquito más tarde? ¿Por qué volvemos a tropezar en la misma piedra? ¿Por qué los padres insistimos en descargar con nuestros hijos las frustraciones de una vida ajada y sinsentido? En este cuento, narrado e interpretado, como los anteriores, magistralmente, la realidad late ante nosotros pero cuando reflexionamos sobre ella, desde afuera, ya finalizado el acto, la focalizamos mejor...

Aplausos, sinceras palabras de aprobación, y los niños atentos, siempre atentos, crean que a esta altura del acto no perdían ningún detalle.

Estarán de acuerdo conmigo que la elección de las piezas musicales (como ejemplo los dos vídeos anteriores) fueron acertadísimas como acertado fue el cuento introducido, por el narrador, tomando como escusa al guitarrista. En este cuento los Reyes Magos de oriente se rompen la cabeza para ver cómo pueden repartir los regalos de la forma más coherente posible llegando a la conclusión de que el “Pensímetro” es la mejor manera que tienen los Reyes Magos para repartir sus regalos; pues este aparato es capaz de diferenciar entre un niño que no tiene cariño (a éste le regalan muchos regalos) y un niño que tiene cariño (a este solo le traen tres o uno solo)

“La navidad tiene momentos tristes” dijo el narrador, yo pienso lo mismo, pero no solamente de mayor, sino de pequeño… Es un sentimiento que no puedo evitar, pues cuando veo tanto y tan mal repartido y al observar cómo se distorsiona el verdadero espíritu navideño viviendo estas fechas como si fuesen fin de año, estás astillas no dejan de clavarse en mi sentimiento utópico de que este mundo puede ser mejor. Que sí, que lo puede ser…

El siguiente cuento, una de esas historias casuales que terminan como no deberían terminar las historias, mal, porque sus personajes no consiguen lo que anhelan, me recordó un pasaje de mi vida cuando salía de novio con mi esposa, Atteneri, en el cual el móvil de la época se me, perdonen la literalidad, JODIÓ de pleno al caérseme al suelo, pero mi interés en la llamada que esperaba me hizo montar unas conexiones entre personas de la familia y amigos para que me localizaran que de no haberse dado, en la actualidad no estaría casado con esa mujer que tanto me entiende, arropa, alienta, respalda, me comprende, me aguanta y a la cual le debo el estar escribiendo estas líneas y todo lo escrito hasta la fecha...

(Besos… Ya sabes que te seguiré amando más allá del último aliento de vida.)

¿Se han preguntado qué tienen los ositos de peluche de especial? ¿Por qué son un imán para las féminas (y para muchos hombres aunque no lo confiesen)? ¿Y si el de ustedes se escapara? ¡Ufff, qué nervios! ““Missa” era uno de esos ositos, pertenecía a una niña que a veces al osito lo cuidaba, mimaba, abrazaba; pero otros días le tiraba de las orejas…”, dijo el narrador y añadió que después de su escapada encontró a otro oso mayor que le invitó a compartir el repartir regalos, al final “Missa” decidió quedarse en la casa de un niño necesitado…

Una niña quiere coger un osito, encantadora, serenamente sonriente su madre lo retiene…

La noche de noche buena, en otro de los magníficos cuentos, en la misa del Gallo, todos esperaban, atentos, que el sonido de unas campanas que solo sonaban cuando ocurría algo especial se mecieran con sus mejores acordes. Pero fue la ofrenda de un pastor la que consiguió el milagro, no la del poderoso, el Rey… Como siempre los cuentos educan y denuncian.

El árbol de navidad es algo que se ha puesto de moda, pero ¿le han preguntado alguna vez a un abeto cuál sería su destino deseado? Quizás este quiera un fin distinto... El servir como leña para calmar el mal de una niña enferma fue su mejor destino.

Sonó una pandereta…

Como último cuento de la noche, uno que hablaba de globos de colores diferentes, como diferentes son las personas de este mundo, puso el broche perfecto, la guinda de un pastel de dulce sabor…

Miren ustedes, queridos lectores, el hacer cultura es algo que tiene que salir de adentro, del alma, y como en este caso también es altruista, cosa que engrándese a quien practica esta forma de vida. Por ello le doy mis más sinceras felicitaciones a los que han organizado este acto (A la Asociación Cultural Salsipuedes) y a quienes lo han patrocinado (Ayuntamiento de Arucas, entre otros).

Alejandro Dieppa León.

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